Reducir la presencia del petróleo para limitar el cambio climático supone una difícil ecuación para algunos países productores, que se enfrentan a un dolorosa transición y, a veces, a un brusco descenso de las inversiones en energías fósiles.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió en mayo que el mundo debería renunciar desde ahora a cualquier nuevo proyecto petrolero o gasífero para esperar moderar el calentamiento climático.
En un artículo publicado en la revista Nature, los científicos acaban de estimar que cerca del 60% de las reservas de petróleo y gas deberían permanecer bajo tierra para frenar el calentamiento a 1,5 ºC antes de 2050.
Las recomendaciones de la AIE fueron acogidas fríamente el jueves por Omán, que coorganiza con la agencia basada en París una videoconferencia sobre la transición energética en Medio Oriente y en el norte de África.
Mohammed ben Hamad al Rumhi, ministro de Energía y de Recursos Mineros del sultanato, criticó estas “recomendaciones unilaterales”.
“Recomendar que no invirtamos más en nuevos proyectos petroleros, pienso que es algo extremadamente peligroso”, declaró el ministro de este pequeño país petrolero del Golfo.
“Si dejamos bruscamente de invertir en el sector de energías fósiles, habrá una ‘hambruna energética’ y los precios de la energía se van a disparar” a “100 o 200 dólares el barril”.
“Es muy fácil permanecer en nuestra zona de confort y hablar de eficacia energética, de (energías) solar y renovables, mientras se olvida que un tercio del mundo tiene carencias energéticas”, agregó.
La crítica parecía dirigida al director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, quien había instado al inicio de la reunión a que los países de la región desarrollen esos nuevos tipos de energía.
- “Amarga verdad” -
“En mi lengua materna, decimos que los verdaderos amigos dicen la amarga verdad”, replicó el responsable turco de la AIE, aunque con un tono muy diplomático.
“Y esta es la amarga verdad: los mayores países consumidores están tomando medidas, y ello tendrá consecuencias en la demanda de petróleo y por consiguiente en las inversiones”, agregó.
“Países que representan el 70% del PIB mundial se han comprometido a la neutralidad de carbono de aquí a 2050”, explicó Birol.
El ministro iraquí de Finanzas, Ali Allawi, insistió por su lado en la necesidad para su país de adaptarse al declive del petróleo.
“El año pasado, el covid nos mostró lo que podría pasar con un derrumbe de la demanda”, subrayó, aludiendo a la brutal caída de las cotizaciones mundiales, que llegaron incluso a ser brevemente negativas en la primavera boreal de 2020. Posteriormente se han recuperado y estabilizado en torno a los 70 dólares el barril.
“Tenemos una generación para efectuar un importante cambio estructural, y los próximos tres a cinco años serán críticos para un país como Irak”, estimó Ali Allawi.
El ministro acaba de escribir con Fatih Birol una tribuna en el diario británico The Guardian, abogando por un “apoyo internacional” para países como Irak, muy afectados por el cambio climático pero cuya economía depende en gran parte del petróleo.
En su informe publicado en mayo, la AIE prevé de aquí a 2050 una caída de la producción petrolera del 75% respecto a los niveles de 2020. El petróleo y el gas estarán entonces “cada vez más concentrados en un pequeño número de productores de bajo coste”.
Es un espacio muy reducido, pero que algunos países quieren ocupar. “Incluso en los escenarios más ambiciosos de transición energética, el petróleo y el gas serán necesarios aún durante varias décadas” subrayó el jueves el sultán Ahmed Al-Jaber, a la vez ministro y director general de la principal compañía petrolera de Emiratos Árabes Unidos (ADNOC).