La Asamblea Nacional de Francia aprobó un proyecto de ley que pretende reducir gradualmente el uso de nitritos en las carnes curadas y ordenó una revisión de sus posibles riesgos para la salud antes de finales de junio.
Las sales de nitrito se usan generalizadamente en carnes curadas como el jamón, el tocino y las salchichas, prolongan la vida útil de las carnes procesadas y dan al jamón cocido su color rosado.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud clasificó en el 2015 la carne procesada como cancerígena porque el curado -mediante la adición de nitratos, nitritos o el ahumado- puede conducir a la formación de sustancias químicas potencialmente cancerígenas.
Propuesto por un diputado del partido MoDem -que forma parte de la coalición gobernante del presidente Emmanuel Macron-, el nuevo proyecto de ley no establece una prohibición total, pero fija un calendario para reducir el uso de nitritos a partir del 2023.
La agencia nacional de salud Anses publicará un artículo sobre los riesgos para la salud de los nitritos a finales de junio, tras lo cual el Gobierno tendrá 12 meses para trazar una trayectoria de reducción o eliminación progresiva del conservante.
La aplicación de la nueva ley correspondería a un nuevo Gobierno tras las elecciones presidenciales de abril.
En la actualidad, el 90% de los embutidos incluyen nitritos, aunque algunas empresas grandes como Herta, propiedad de Nesltle, o Fleury Michon, ya están experimentando con productos sin nitritos, dijo Fabien Castanier, director de la federación de la industria de la carne curada FICT.
Sin embargo, dijo que las casi 300 pequeñas y medianas empresas del sector tendrían dificultades para fabricar sus productos sin el uso de nitritos, ya que la falta del conservante reduciría la vida útil de los embutidos y aumentaría el riesgo de infección bacteriana.