La decisión del Banco Central de Argentina (BCA) de crear un régimen para incentivar el ingreso de divisas provenientes de las exportaciones de soja ha profundizado las discusiones sobre los fuertes desequilibrios macroeconómicos del país y los alcances de las medidas que están adoptando las autoridades argentinas.
Con el nuevo régimen, creado este martes por el directorio del BCA, la autoridad monetaria espera que pronto ingresen al menos unos US$ 2,500 millones, un “oxígeno” necesario y urgente para fortalecer las reservas monetarias del país.
“Creemos que esa es una cifra posible. Vamos a ver si este incentivo lleva a una venta mayor”, dijo el presidente del BCA, Miguel Pesce.
El nuevo régimen para la venta de la cosecha de soja -el principal producto de exportación de Argentina- estará disponible hasta el 31 de agosto próximo.
Durante ese lapso, los agricultores podrán destinar el 30% de los fondos obtenidos por la venta de granos a comprar dólares en bancos y casas de cambio y destinar el 70% restante a un depósito de libre disponibilidad con una retribución variable en función de la evolución del tipo de cambio oficial mayorista.
Los tipos de cambio en juego en esta operación han dado lugar a lo que la prensa argentina ha bautizado como “dólar soja”, una nueva referencia de valor para el dólar estadounidense que se suma a la docena de cotizaciones que coexisten en Argentina, donde el acceso al mercado cambiario oficial está fuertemente restringido ante la escasez de divisas que sufre el país.
Dólares “genuinos”
Analistas locales han calculado el valor del “dólar soja” en unos 162 pesos, más conveniente que los 130 pesos por dólar a los que un agricultor debió liquidar su cosecha hasta este martes, pero aún muy lejos de las cotizaciones paralelas en el mercado informal (326 pesos) y el financiero (338 pesos).
Precisamente estas diferencias y las expectativas de que se produzca un salto en el tipo de cambio oficial han llevado a algunos productores rurales a retener su cosecha en los campos, sin venderla, a la espera de un tipo de cambio más favorable.
Pero las necesidades del BCA de acumular más reservas, en línea con las metas comprometidas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), llevaron al directorio de la entidad a crear este nuevo régimen para fomentar el ingreso de divisas provenientes del agro.
“No tengo dudas de que el dólar para productores agropecuarios va a tener una gran aceptación. Es una herramienta más para que el país pueda contar con dólares genuinos y así poder seguir creciendo”, dijo el jefe de Gabinete del gobierno argentino, Juan Manzur.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales, en el primer semestre del año se liquidaron divisas por la exportación de granos y derivados por US$ 19,144.9 millones, con un alza interanual de 15%.
Fuentes oficiales han señalado que los productores rurales aún tienen en su poder sin vender granos cosechados por US$ 13,000 millones.
Medida “cosmética”
Pese al optimismo oficial, las patronales agropecuarias cuestionaron el nuevo régimen.
“El gobierno y el Banco Central siguen con los parches para juntarse unos dólares. Proponen un esquema complejo que no responde a las necesidades de los productores: Hay que trabajar en soluciones de fondo que vayan a los problemas estructurales”, sostuvo Jorge Chemes, presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas.
En igual línea, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina, tachó de “cosmética” la medida adoptada, la cual, a su juicio, no beneficia a los pequeños y medianos agricultores, que ya han vendido sus cosechas, sino a las grandes firmas cerealeras exportadoras.
Dudas
Analistas económicos han mostrado dudas respecto a la efectividad que pueda tener la medida para ingresar dólares dado que las expectativas de una mayor devaluación oficial siguen vigentes.
“Las repercusiones de estas medidas las veremos en los próximos días, pero lo cierto es que el país requiere cambios de fondo para que se logre la estabilidad”, apuntó el banco CMF en un informe.
Según el acuerdo firmado en marzo entre Argentina y el FMI, entre otras metas, el Banco Central debe sumar este año a sus reservas monetarias US$ 5,800 millones.
Las reservas monetarias del BCA cerraron este martes en US$ 39,463 millones, US$ 199 millones menos que al cierre del 2021.