El Banco de Pagos Internacionales (BPI), una institución considerada como el banco central de los bancos centrales, se interrogó sobre una posible burbuja verde en su informe trimestral publicado el lunes, ante el incremento de las inversiones denominadas “durables”.
Los mercados financieros han enviado “señales contrastadas” en los últimos meses, mostrando “cierta molestia” respecto a las perspectivas de recuperación. Por eso el BPI, con sede en Basilea, en Suiza, abordó ese segmento del mercado que ha experimentado una muy fuerte demanda, con los valores tecnológicos.
Los productos de inversión que ofrecen un beneficio en materia de medioambiente, social o a nivel gobernanza empresarial (ESG) se encuentran en pleno auge, constató el BPI en su informe trimestral.
Pero teniendo en cuenta la rapidez con la que crece esta nueva clase de activos, el BPI se plantea saber si podría formarse una burbuja.
“¿Un avance fundamental que podría ayudar a financiar la transición hacia un mundo con baja producción de carbono, podría generar desequilibrios financieros significativos?”, se pregunta el BPI.
Históricamente las inversiones que acompañan grandes cambios económicos y sociales tienden, tras una fase inicial de auge, a experimentar correcciones, señaló el BPI.
El BPI tomó como ejemplo el auge de las inversiones en las compañías de ferrocarriles en el siglo XIX o la burbuja tecnológica al inicio de los años 2000.
Ahora el BPI registra “signos” que parecen indicar que las valorizaciones de esos activos denominados ESG sufren tensiones.
Según una definición amplia, la magnitud de los activos ESG habría crecido un tercio entre el 2016 y 2020 para situarse en US$ 35 billones (29.8 billones de euros), o sea el 36% de los activos administrados por inversionistas profesionales.
En una definición reducida, que incluye únicamente los fondos comunes de inversiones y fondos negociados en Bolsa (ETF), este tipo de activos sería de US$ 2 billones, con un crecimiento multiplicado por 10 en los últimos cinco años.
Según esta última medida, estos activos representan el 3% de las inversiones en acciones de los fondos comunes de inversión y ETF y 1% de sus inversiones en obligaciones.
La BPI llama a supervisar estrechamente el desarrollo de ese mercado si continúa creciendo a ese ritmo.