El Congreso chileno redujo los votos necesarios para reformar la constitución sancionada durante la última dictadura militar, que seguirá vigente si en un próximo plebiscito sobre la aprobación de un nuevo texto se impone el rechazo, como anticipan coincidentes sondeos.
El proyecto de ley para rebajar los quórums fue aprobado por 130 votos a favor, 15 en contra y una abstención. El Senado lo había sancionado el 20 de julio.
La iniciativa, que redujo los quórums de 103 a 89 votos en la Cámara de Diputados y de 33 a 29 en el Senado, quedó lista para que el presiente Gabriel Boric la promulgue y entrará en vigor luego de que sea publicada en la gaceta oficial.
Los chilenos decidirán el próximo 4 de septiembre si aceptan una nueva carta magna elaborada por una convención constitucional afín al mandatario de izquierda, o si la rechazan para que siga vigente la actual impuesta por la dictadura militar de 1973 a 1990.
La norma aprobada el miércoles es clave para el gobierno, especialmente después de que Boric dijo que de ganar el “Rechazo” el proceso constitucional tendrá que “empezar de cero” y habrá que elegir una segunda Convención Constituyente para que escriba otro proyecto.
Coincidentes encuestadoras locales señalan que en el referendo se impondría el “Rechazo” frente al “Apruebo”, aunque un estudio de opinión pública divulgado la víspera señala que la diferencia entre ambas opciones se ha estrechado.
Sin embargo, el mandatario necesitaría la concurrencia del Congreso para implementar otro proceso constituyente y es minoría entre los diputados, mientras el Senado está dividido en partes iguales entre el oficialismo y la oposición. La rebaja de votos abre más posibilidades de que Boric logre otra ley fundamental si pierde el plebiscito.
El presidente de los diputados, el oficialista Raúl Soto, declaró que de ganar el “Rechazo”, “hay que tener caminos de salida institucional” que aseguren que se necesitarán menos votos para lograr nuevos acuerdos.
La iniciativa para rebajar los quórums fue presentada en junio por tres senadores de centroizquierda que votarán en rechazo al nuevo texto y recibió de inmediato el apoyo de la oposición derechista y fue aprobada el 20 de julio en el Senado.
El gobierno no le dio importancia al proyecto en sus inicios, posición que cambió luego de que las encuestas revelaron que el “Apruebo” perdería el plebiscito.
El ministro de la Presidencia, Giorgio Jackson, sostuvo la víspera que si los chilenos votan en contra de la nueva carta magna en el plebiscito, la voluntad de Boric “es proponerle al Congreso otro proceso constitucional”.
Si la oposición gana el plebiscito también se favorecerá con la rebaja en los quórums porque ha prometido introducirle cambios a la constitución heredada de la dictadura, que seguiría vigente.