Pekín emitió esta semana un llamado inusualmente potente a fortalecer la investigación científica básica en las universidades del país, y un nuevo informe de HSBC Holdings Plc ayuda a explicar la razón de la ansiedad de Pekín.
El primer ministro de China, Li Keqiang, dijo en una reunión el lunes que “ha llegado el momento de gritar alto por el fortalecimiento de la investigación básica”. Este es el mayor “cuello de botella” que enfrenta el país, señaló Li, un término generalmente utilizado para referirse a áreas donde China carece de autosuficiencia, mientras lucha por mejorar su economía pese a restricciones a las exportaciones de tecnología impuestas por Washington.
Las universidades chinas están muy por detrás de sus pares en Estados Unidos y Europa en campos como la física, la geografía, la oceanografía y las ciencias atmosféricas, según economistas de HSBC que analizaron los rankings universitarios.
En esos campos, las instituciones chinas representan un 10% o menos de las 100 mejores universidades e institutos de investigación clasificados según criterios como la cantidad de investigaciones publicadas en las principales revistas y premios internacionales. Europa da cuenta de entre 40% y 50%, y EE.UU. representa cerca de un tercio. En química, las instituciones chinas han superado a sus pares europeos, pero aún están por detrás de las de EE.UU., según el informe.
Esto podría tener implicaciones negativas para el desarrollo económico de China, ya que podría “frenar nuevos avances en investigación en campos más aplicados (incluidos los campos de la ingeniería) si persisten grandes brechas en el conocimiento”, señalaron los economistas de HSBC encabezados por Qu Hongbin en el informe, que se basó en parte en el ranking académico de universidades del mundo publicado por la Universidad Jiao Tong de Shanghái.
Las perspectivas para China son mucho más positivas en los campos de la ingeniería. Sus universidades e institutos de investigación superan a los de Europa, que ocupan el segundo lugar, por un amplio margen en campos como la ciencia de los instrumentos, la ingeniería química y las ciencias de la energía. Tiene liderazgos más modestos, pero igualmente importantes, en ciencia y tecnología del transporte, ingeniería de minería y minerales y nanotecnología.
La relativa debilidad de China en la investigación básica se debe en parte al hecho de que la mayoría de su gasto en investigación y desarrollo proviene del sector privado, que se centra en investigación aplicada más que en avances teóricos que no tienen aplicabilidad comercial inmediata.
China se fijó el objetivo de aumentar la proporción de la investigación básica a más del 8% de su gasto total en investigación y desarrollo para 2025, frente al nivel de 6% de 2020. Eso implica un aumento anual del 12.8% en investigación básica, según HSBC. “Cerrar la brecha científica es esencial para que China fortalezca aún más su capacidad de tecnología e innovación en los próximos años”, indicaron los economistas.
El impulso tecnológico de China se ha visto acelerado por las tensiones con Washington, que ha impuesto restricciones más estrictas a las exportaciones de tecnología y la colaboración en investigación con China. Pero las declaraciones que hizo Li esta semana mostraron que Pekín todavía considera que la cooperación internacional es crucial para mejorar la calidad de la investigación nacional. “Es necesario absorber todos los logros avanzados de la civilización humana y fortalecer la cooperación internacional”, dijo Li.