Empujados por temores a los extremos, los chilenos acudieron el domingo a las urnas para elegir a su nuevo presidente entre el izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast, en la segunda vuelta de la elección más reñida y polarizada en muchos años. Cualquiera sea el ganador, imprimirá un nuevo giro a un país que en las últimas tres décadas ha sido gobernado por mandatarios más cercanos al centro político.
Kast, un legislador que tiene un historial de defender la pasada dictadura militar de Chile, terminó adelante en la primera ronda de votaciones el mes pasado, pero no logró obtener la mayoría de votos requerida. Eso preparó una segunda vuelta contra Boric, un exlíder de las protestas estudiantiles millennial que terminó segundo con una diferencia de dos puntos porcentuales.
“Viví lo que fue la izquierda en este país y no lo quiero vivir nunca más”, declaró a The Associated Press Beatriz Lagos, una empleada pública de 61 años de edad que afirma sufragó por Kast.
Constanza Camus, una ingeniera en telecomunicaciones de 28 años, dijo, por su parte, que “no hay por quién votar; uno significa retroceso y el otro estancamiento”. Añadió que el próximo periodo “va a ser complejo para ambos, ya que son extremos”.
El analista político Marcelo Mella dijo que la campaña rumbo a la segunda vuelta, “más que fundada en las ideas, genera temor en la gente. La gente va a votar para evitar que el otro candidato salga”.
La mayor incertidumbre en la jornada tiene que ver con cuántos de los 15 millones de electores lograron votar finalmente y cuántos puntos separarán al triunfador de su adversario. Los recintos cerraban a las 18.00 horas local, aunque deben permitir que todos los que hacen fila en la calle ingresen para que puedan sufragar.
Tras emitir su voto en su natal Punta Arenas, en el extremo sur, Boric dijo que “en la noche vamos a respetar el resultado, cualquiera que sea”, mientras que Kast dijo que si los resultados que entregue el Servicio Electoral (SERVEL) son muy estrechos —inferior a 50.000 sufragios— “esto se podría definir en el tribunal electoral”. Agregó que si la diferencia es mayor a favor de Boric, irá a saludarlo.
En Chile la ley electoral establece tres conteos de sufragios en cualquier elección, que generalmente son muy parecidos entre el primero que entrega la misma noche de la elección el Servel. A la mañana siguiente los Colegios Electorales barriales hacen otro recuento basado en las actas hechas por cada una de las más de 46,000 mesas receptoras de sufragios. Finalmente, el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) efectúa un último escrutinio, resuelve quejas y proclama oficialmente al ganador. El resultado del Servel y el Tricel, conocido dos semanas después de la primera vuelta, varió sólo en 1,272 sufragios, entre 7.2 millones de votos emitidos.
Kast, de 55 años, devoto católico y padre de nueve hijos, postulaba por segunda vez a la presidencia, la primera fue en 2017 y obtuvo un 8% de los sufragios. En esta ocasión subió en las encuestas por errores cometidos por el candidato de la centroderecha, empujado por un discurso centrado en el orden, la paz y la familia.
Fue electo diputado cuatro veces consecutiva por un partido conservador, al que renunció para crear su propio partido, el Republicano. Tiene un discurso duro, un historial de críticas hacia la comunidad LGBTQ de Chile, se opone al aborto y al matrimonio igualitario. También acusó al presidente saliente Sebastián Piñera de traicionar el legado económico de Augusto Pinochet, que controló el país con la fuerza de las armas y la represión por casi 17 años.
Boric, de 35 años, se convertiría en el presidente moderno más joven de Chile. Fue uno de varios activistas electos al Congreso en 2014 después de liderar protestas por una educación de mayor calidad. Fuerte detractor del modelo económico neoliberal de Pinochet, propone aumentar gradualmente los impuestos a los “súper ricos” para expandir los servicios sociales, combatir la desigualdad e impulsar la protección del medio ambiente.
En as últimas semanas ambos candidatos moderaron sus programas y discursos para conquistar al electorado de centro que mayoritariamente no votó en noviembre.
Piñera, que también votó temprano, deseó al ganador “sabiduría, prudencia y éxito, porque lo va a necesitar”.
En Chile se prohíbe difundir sondeos electorales desde 15 días antes de las elecciones, aunque estudios conocidos en línea de las encuestadoras tradicionales proyectan que Boric ganaría por unos cinco puntos.
El próximo gobierno enfrentará un complejo panorama económico. Luego de un crecimiento entre 11.5% a 12% este año, caería a un 2% en 2022, con una inflación cercana al 7%, más del doble de la meta del 3% que por años ha tenido Chile.