La presidenta del Banco Central de Chile, Rosanna Costa, está dejando con poco sustento a las apuestas de que los encargados de formular la política monetaria comenzarán una serie de fuertes recortes de tasas de interés en abril.
La inflación sigue siendo “extraordinariamente alta” y el banco necesita más tiempo para asegurarse de que se está desacelerando hacia el objetivo antes de que pueda flexibilizar la política monetaria, dijo Costa en una entrevista con Bloomberg Television, después de que el banco central decidiera el jueves mantener las tasas sin cambios en 11.25% por segunda reunión consecutiva.
“Mientras no tengamos una claridad mayor respecto de que esa convergencia se está dando efectivamente hasta ese momento, la tasa de política monetaria se va a mantener en 11.25%”, dijo Costa, de 65 años, en Santiago. “Tenemos un inflación extraordinariamente alta y por lo tanto, es importante tener ese diagnóstico previo a cambiar el sesgo a la política monetaria”.
Costa está al mando de la política monetaria en una de las economías más ricas de América Latina, que se sobrecalentó después de que miles de millones de dólares en estímulos inyectados durante la pandemia provocaran un frenesí de consumo, empujando la inflación a más del 14% a mediados del año pasado.
Como consecuencia, la autoridad monetaria de Chile fue uno de los primeros bancos centrales de la región en ajustar su política y se embarcó en un ciclo que elevó los costos de endeudamiento en un total de 10,75 puntos porcentuales antes de dar señales de una pausa en octubre, cuando los incrementos de los precios al consumidor alcanzaron su punto máximo. Por el contrario, muchos pares regionales, incluidos México, Perú y Colombia, todavía están aumentando sus tasas de interés en una lucha contra niveles inflacionarios que superan sus metas.
Determinar cuándo es el momento adecuado para recortar las tasas ahora es uno de los principales desafíos de los bancos centrales de todo el mundo, y el enfoque de Chile sugiere que los altos costos de endeudamiento pueden mantenerse por más tiempo hasta que la inflación muestre claramente una tendencia a la baja.
El aumento registrado por los precios del cobre desde que China —el principal socio comercial de Chile— flexibilizó las restricciones impuestas por el COVID-19, junto con un menor consumo local tras un intenso estímulo fiscal al inicio de la pandemia, son dos de los principales factores que el banco central está monitoreando para entender la evolución de la inflación, dijo Costa, la primera mujer que preside el banco central chileno.
Balde de agua fría
Las palabras de Costa durante la entrevista caen como un balde de agua fría para las expectativas de los inversionistas de que los banqueros centrales iniciarían el primer ciclo de flexibilización monetaria de la región en su próxima reunión programada para el 4 de abril, después de haber elevado las tasas de interés a su mayor nivel en más de dos décadas. Mientras la actividad económica se está debilitando, la desaceleración anual de la inflación al 12.8% aún es más de cuatro veces el nivel objetivo, y no se espera que alcance la meta del 3% hasta el 2024.
“Cuando llegue ese día, se lo vamos a comunicar a los mercados”, dijo Costa sobre un eventual ciclo de flexibilización. “Les vamos a dar las razones por la cual estamos generando esa mayor seguridad de la convergencia de la inflación”.
Tanto operadores como economistas encuestados por el banco antes de la decisión sobre las tasas del jueves apostaban a que Chile comenzaría a bajar las tasas con un recorte de medio punto, en medio de opiniones de que la recesión económica se profundizará y las presiones sobre los precios al consumidor disminuirán. Analistas de la empresa local de servicios financieros LarrainVial dijeron que era posible que el primer recorte fuera de 150-200 puntos básicos.
Además del consumo, los aumentos del costo de vida se han visto impulsados en los últimos meses por un alza en los precios de los combustible y productos básicos, lo que llevó al Consejo del banco central a mantener un enfoque cauteloso
Costa, quien ha sido miembro del Consejo del banco central desde el 2017, ha sido cada vez más explícita con respecto a los riesgos de los precios al consumidor. En un evento realizado en diciembre en el distrito financiero de Santiago, advirtió que los aumentos del costo de vida en Chile aún eran demasiado altos, que los esfuerzos para controlar el consumo estaban incompletos y que el proceso de desaceleración de la inflación hacia la meta necesitaba consolidarse.
“Estamos esperando un escenario macroeconómico que nos de las confianzas de esa convergencia”, agregó durante la entrevista. “Estamos comunicando con mucha claridad qué es lo que estamos esperando”.
Moneda más fuerte
En el futuro, la lucha contra la inflación de Chile recibirá respaldo del peso, que se ha fortalecido un 18% en los últimos tres meses, lo que reduce el costo de las importaciones. Al mismo tiempo, los analistas encuestados por Bloomberg esperan un año funesto para la economía local. Se espera que se contraiga un 1%, lo que atenuaría aún más las presiones sobre los precios.
“La apreciación tiene un efecto de corto plazo, que podría ayudar en el corto plazo” a controlar los precios, dijo Costa.
No obstante, la jefa del banco central dijo que es crucial que las políticas públicas generales de Chile contribuyan a los esfuerzos contra la inflación. En ese sentido, advirtió que más retiros anticipados de los fondos de pensiones, sumados a los aproximadamente US$ 50,000 millones inyectados a la economía en rondas anteriores, sería “extraordinariamente dañino” por la presión que ejercerían sobre los precios al consumidor y los mercados de capitales.
“Los efectos en la economía son importantes, son complicados, son complejos, son muy significativos”, dijo.
Costa es una de las autoridades económicas chilenas más respetadas. Antes de unirse al Consejo del banco central, fue directora de presupuesto en el Ministerio de Hacienda.
Tiene una licenciatura en administración de empresas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde también ha impartido clases de economía.
Otros puntos clave de la entrevista
- Las diversas perspectivas económicas y de inflación entre los diferentes países latinoamericanos significan que cualquier impulso para crear una moneda común enfrentaría grandes dificultades.
- El Banco Central de Chile mantiene un tipo de cambio flotante y no apunta a un nivel específico para el peso.
- El banco central se siente cómodo con su nivel actual de reservas internacionales.