El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será investigado en la Corte Suprema por vincular la vacuna antivocid al sida, un ejemplo más de su negacionismo frente a la pandemia, que ya le empieza a pasar factura en la justicia y de la que se ha distanciado su nuevo partido político.
El mandatario ultraderechista iba camino de cerrar una semana con varios triunfos políticos que se ha truncado en el último momento.
El martes ‘se casó’ con el derechista Partido Liberal (PL) y allanó su camino para presentarse a la reelección en 2022; el miércoles el Senado aprobó su candidato “terriblemente evangélico” para el Supremo y el jueves la misma cámara respaldó sus maniobras fiscales para financiar un nuevo programa social.
Pero en la noche del viernes recibió un nuevo revés en la Justicia. El magistrado Alexandre de Moraes, uno de los once jueces del Supremo, ordenó la apertura de una investigación en su contra por vincular la vacuna contra la covid-19 al sida.
Cinco investigaciones en el Supremo
Y no es la primera. Ya son cinco las investigaciones que enfrenta Bolsonaro en el alto tribunal desde que asumió el poder, en enero de 2019, por diversos asuntos, que van desde presuntas injerencias políticas en la Policía Federal a posibles irregularidades en las negociaciones para comprar vacunas, pasando por la difusión de bulos.
El nuevo proceso es fruto de una declaración que dio el pasado 21 de octubre en su transmisión semanal por redes sociales, cuando insinuó que quien está vacunado corre más riesgos de desarrollar sida, lo que ha sido desmentido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ello le acarreó que YouTube suspendiera su cuenta por siete días y le sirvió a la comisión del Senado que entonces investigaba la gestión del Gobierno frente a la pandemia, para engrosar sus acusaciones hacia Bolsonaro.
De hecho, la decisión de De Moraes responde a un recurso presentado por senadores de esa comisión, que en su informe final formularon nueve cargos contra el presidente, entre ellos “crímenes contra la humanidad”, por su errático manejo de la covid, que ya ha matado a más de 615,000 brasileños.
El pasado 27 de octubre, la comisión también remitió el documento, que tiene 1,180 páginas, al fiscal general, Augusto Aras, alineado muchas veces con el Gobierno y que en los dos últimos años ha metido en un cajón decenas de denuncias presentadas contra Bolsonaro.
Desde entonces, Aras ha abierto, según el diario ‘O Globo’, apenas “seis investigaciones preliminares” con base en el informe, un procedimiento muy tibio y de poco recorrido en el ámbito judicial.
El nuevo partido de Bolsonaro marca distancias
El negacionismo de Bolsonaro frente al coronavirus también empieza a chocar con algunos líderes de su nuevo partido, el PL.
El jefe del PL en el Senado, Carlos Portinho, pidió la aprobación de un proyecto de su autoría, ya avalado por la Cámara Alta, para implementar el “pasaporte sanitario” en territorio nacional, medida a la que se opone Bolsonaro, quien considera que “la libertad está por encima de todo”.
“La Cámara de los Diputados necesita aprobarlo cuanto antes posible, dado el aumento de casos (en el mundo), la nueva cepa (por ómicron) y, sobre todo, por la necesidad de controlar nuestras fronteras”, señaló Portinho.
Por si fuera poco, el PL compartió el llamamiento de su senador en su perfil oficial de Twitter, así como en su página web.
El Gobierno de Bolsonaro se resiste aún hoy a exigir el comprobante de vacunación para la entrada de extranjeros que ya funciona en multitud de países, pese a las recomendaciones de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, la Defensoría Pública, el Tribunal de Cuentas y ahora del propio partido del presidente.
Si bien la presión crece a medida que van apareciendo los primeros casos de la variante ómicron en el país, que ya ha reportado seis con esta nueva cepa.
Todo ello en un momento en el que Bolsonaro lidia con los peores índices de popularidad de su mandato y todas las encuestas electorales dan como claro favorito para las elecciones de octubre de 2022 al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Aparentemente despreocupado, el líder ultraderechista dedicó la mañana de este sábado a dar un paseo en moto y visitar un mercado de Brasilia, donde se tiró fotos con algunos de sus seguidores, según un video divulgado por el canal bolsonarista ‘Foco do Brasil’.