Argentina cambió de este viernes 22 de mayo al 2 de junio la fecha clave de vencimiento del plazo para adherir a su oferta de canje de deuda bajo ley extranjera por US$ 66,239 millones. De no llegar a un acuerdo, podría entrar en una suspensión de pagos selectiva si no paga un vencimiento pendiente.
El gobierno de argentina se ha acogido a un nuevo período de gracia al no pagar en abril un vencimiento de intereses por US$ 500 millones de tres bonos incluidos en la oferta. Todo indica que Buenos Aires ha decidido no regularizar esa situación.
Pero el Gobierno argentino apuesta a que el “default” técnico en el que entraría, ahora el 2 de junio, tenga poco peso real y no implique una denuncia judicial si entretanto logra avanzar a paso firme en las negociaciones con los acreedores privados y llegar pronto a un acuerdo de reestructuración de su deuda.
Nueva extensión del plazo para el canje
El ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, había anticipado esta semana que había una gran chance de que el deadline (fecha límite) sea extendido, lo que finalmente ocurrió este jueves 21.
El plazo inicial para que los acreedores privados aceptaran la propuesta de canje de Argentina vencía el 8 de mayo, pero el Gobierno de Alberto Fernández, ante el bajo nivel de adhesión obtenido, decidió prorrogarlo hasta este viernes 22, y un día antes, lo extendió hasta el 2 de junio.
La propuesta presentada por Argentina prevé un período de gracia de tres años, es decir, empezar a pagar recién en el 2023 cupones (intereses) con un tasa inicial de 0.5%, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio de 2.33% y una tasa máxima de 4.875%.
La oferta implica además una quita de 5.4% sobre el stock adeudado, que equivale a reducir el capital en US$ 3,600 millones; y una rebaja de intereses del 62%, que representa unos US$ 37,900 millones menos.
La propuesta, avalada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), recibió días atrás un fuerte respaldo de más de 130 economistas de prestigio internacional, entre ellos Joseph Stiglitz, Edmund Phelps y la nueva economista jefe del Banco Mundial Carmen Reinhart.
Los expertos hicieron un llamado público a los acreedores a aceptar la oferta porque consideran que "la reestructuración de la deuda privada de Argentina resulta esencial" y sentará un precedente positivo para el sistema financiero internacional en su totalidad.
Gobierno y acreedores acercan posiciones
Luego del rechazo inicial de diversos grupos de acreedores liderados por poderosos fondos de inversión como BlackRock, Fideliity, Ashmore, Monarch y Gramercy, el Ejecutivo argentino recibió la semana pasada tres contrapropuestas.
"Estamos en medio de una negociación, las dos partes están trabajando para alcanzar un acuerdo. Somos flexibles. Si hay ideas diferentes que sean consistentes y busquen recuperar la sostenibilidad, estamos dispuestos a escucharlas", aseguró Guzmán en declaraciones difundidas por el Ministerio de Economía.
Las contraofertas coinciden en un período de gracia menor y tasas de interés mayores a las ofrecidas por Argentina.
Y en las últimas horas se conoció una versión acerca de que la compañía de inversiones estadounidense BlackRock, uno de los principales propietarios de títulos soberanos argentinos, sugirió al denominado Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos -integrado por una decena de fondos- que acepten mayores pérdidas con el fin de alcanzar un acuerdo con la nación suramericana.
El presidente argentino, Alberto Fernández, reafirmó la "voluntad de pago" de la deuda pero busca, dentro del marco de los contratos existentes, un perfil de endeudamiento sostenible que "no atente contra un sendero de crecimiento sustentable" que mejore la capacidad de repago futura.
La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 profundizó la recesión económica que sufre desde hace dos años Argentina, con un desplome del 11.5% interanual de la actividad en marzo según los últimos datos oficiales y un pronóstico muy pesimista para todo el 2020, con el consiguiente deterioro de los indicadores sociales que ya muestran que más de un tercio de la población se encuentra bajo la línea de pobreza.
Asoma una nueva fecha límite
El 30 de junio podría convertirse en la nueva fecha límite para el Gobierno argentino, ya que en esa fecha deberá pagar un vencimiento de US$ 566 millones del bono Discount.
Esto le daría tiempo suficiente al Ejecutivo para avanzar en las negociaciones con los acreedores privados y cerrar un acuerdo.
El clima en los mercados cambió y en los últimos días regresó el optimismo, con resultados positivos en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la caída de la tasa de riesgo de Argentina y el descenso de la cotización del dólar en sus diferentes variantes, incluido el mercado informal, entre otros indicadores que modificaron su tendencia pese al complejo contexto económico y social que vive el país suramericano.
El resultado de este canje será además determinante para los próximos pasos que tiene pendiente el Ejecutivo argentino: la negociación del pago del multimillonario crédito que le otorgó en el 2018 el FMI y la reestructuración de la deuda en dólares bajo ley argentina.
La deuda pública del país ascendía a finales de abril pasado a US$ 323,192.6 millones, cerca de 89.5% del PBI, de acuerdo a datos oficiales.
El mayor acreedor es el propio Estado argentino ya que un 40% de la deuda es con agencias del sector público, mientras que un 37.3% es con acreedores privados, divididos en miles de inversores particulares e institucionales de Argentina y del exterior.
En tanto, el endeudamiento con organismos multilaterales y el de tipo bilateral, con diversos países, representa un 22.7% del total, con fuerte protagonismo del FMI porque es el acreedor externo al que más le debe Argentina, por préstamos a devolver que ascendían a US$ 43,604 millones a finales de abril.