Los líderes de la Unión Europea están listos para discutir medidas para drenar los ingresos energéticos de Rusia como parte de las conversaciones preparadas para este jueves para impulsar la seguridad del suministro de la región.
Si bien el bloque de 27 naciones está decidido a reducir su dependencia de los combustibles rusos, hasta ahora no ha llegado a imponer sanciones a los recursos energéticos de su principal proveedor. Quienes se oponen a un embargo, como es el caso de Alemania y Austria, han mostrado pocas señales de que cambiarán de posición a menos que Rusia intensifique significativamente la guerra.
Sin embargo, los estados de la UE poseen más herramientas que podrían considerar, desde topes temporales en el precio del gas hasta aranceles sobre las importaciones de productos derivados del crudo.
En su reunión de dos días, los líderes de la UE debatirán formas de proteger a los hogares y las empresas del impacto del aumento de los precios del gas, al tiempo que se mueven para reemplazar los flujos rusos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien también participará la cumbre, están listos para anunciar el viernes un acuerdo que ayudará a la UE a sortear la crisis energética.
Una forma de frenar los ingresos energéticos de Rusia será retener una parte de los pagos a Moscú y destinar el dinero a los esfuerzos de recuperación de la guerra en Ucrania, es lo que dirá la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, a sus homólogos en la cumbre.
Según el plan, los Gobiernos retendrían cualquier pago que supere los precios de la energía de antes de la guerra y los utilizarían para financiar la reconstrucción futura de Ucrania, de acuerdo con una persona familiarizada con la propuesta que se compartió con otros Estados miembros.
Las naciones de la UE también podrían considerar aranceles sobre la energía rusa, lo que ayudaría a aflojar su dependencia de los suministros del país y limitaría los ingresos de Moscú, según diplomáticos de la UE con conocimiento del asunto.
Europa depende de Rusia para más de un tercio de su suministro de gas y alrededor de una cuarta parte de sus importaciones de petróleo. El año pasado, la UE compró a Rusia casi 100,000 millones de euros (US$ 110,000 millones) de energía.
Negociación colectiva
Conscientes de que los esfuerzos para reemplazar los combustibles rusos representarían el riesgo de aumentar los precios, los líderes de la UE están dispuestos a respaldar un llamado de la Comisión Europea para considerar compras conjuntas de gas natural, gas natural licuado e hidrógeno.
Bélgica, que apoya este tipo de negociaciones colectivas, también busca un precio tope temporal en el mercado mayorista de gas como solución de último recurso para ayudar a bajar los precios en las negociaciones con proveedores internacionales, según diplomáticos de la UE con conocimiento del tema.
Otros países, incluidos España e Italia, solicitaron una reforma más profunda del mercado energético de la UE, buscando herramientas para desvincular los precios de la electricidad y el gas.