Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, han existido diversas conversaciones de paz entre ambos países con el objetivo de poner punto final a los ataques que está cobrando la vida de miles de ciudadanos. Pese a la lamentable situación, el acuerdo parece lejano.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, expresó el 12 de abril que “llegaron nuevamente a una situación sin salida” en referencia a un acuerdo de paz. Por su parte, el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, sostuvo que Ucrania aún siguen intentándolo a pesar de que las “negociaciones son extremadamente difíciles”.
Ante ello, el periodista americano Andrew Blun respondió a The Conversation cinco preguntas en relación a los acuerdos de paz en situaciones de guerra.
¿Con qué frecuencia fracasan las conversaciones de paz y por qué?
Blun sostiene que en mayoría de los casos estas conversaciones no llegan a buen puerto. Según el comunicador, basándose en la investigación de la Universidad de Uppsala en Suecia, entre 1946 y 2005, sólo 39 de 288 conflictos (13.5%) se solucionaron por medio de un acuerdo de paz. El resto terminó con la victoria de un bando o se daba el fin de la guerra sin realizar una conversación de paz.
Sin embargo, pese al intento fallido de lograr acuerdos de paz, las conversaciones reducen la cantidad de decesos civiles y la intensidad de futuros conflictos.
¿Cuán útiles pueden ser las conversaciones de paz cuando las partes en conflicto todavía están luchando?
El periodista precisa que las conversaciones de paz ante situaciones de guerra sirven de “mucho” porque crean una “base de un eventual acuerdo” para finalizar el conflicto, incluso si ambas partes beligerantes llegan a un acuerdo de un alto al fuego, es gran probabilidad de evitar bajas en ambos bandos.
¿Cuáles son los mayores problemas que se enfrentan en las conversaciones de paz?
Andrew Blun destaca que son “bastantes”, y ante ello, detalla que el mayor desafío para las conversaciones de paz “es la violencia relacionada con el conflicto y la ira, y la desconfianza que crea entre las diferentes partes en conflicto”.
La guerra suscitada en Ucrania está dejando un saldo que supera los 1,842 civiles ucranianos muertos por parte de los soldados rusos, según cifras otorgadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); no obstante, la cantidad de fallecidos sería aún más.
Ante ello, es claro que existen razones fundamentadas para iniciar conversaciones de paz; pero en la mayoría de veces una de las partes no tendrá la disposición de negociar por creer que está “ganando”.
¿Qué trae a los negociadores a la mesa de la paz?
Para el también profesor de Práctica en el Instituto Joan B. Kroc, sería una situación que esté perjudicando a ambas partes y a partir de ello, se pueden dar inicio a las negociaciones para detener el conflicto.
Situados en la mesa de conciliación, los negociadores tienen el objetivo de crear acuerdos que beneficien mutuamente. Logrado ello, dichos acuerdos deberán ser transmitidos a la población afectada por los disturbios generados.
¿Puede contar con la buena fe de otros participantes durante las conversaciones de paz?
Blun responde “no”, fundamentando que “los negociadores de paz necesitan construir algún tipo de relación de trabajo para poder organizar conversaciones de paz”.
Estas negociaciones de buena fe pueden ocurrir sólo si ambas partes creen que lo mejor es llegar a un acuerdo.