Los precios mundiales de los alimentos y la energía considerablemente más altos debido a la guerra en Ucrania están golpeando a los países pobres, y se necesitarán mejores mecanismos para lidiar con el estrés de la deuda soberana para evitar incumplimientos, afirmó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“La guerra en Ucrania está agregando riesgos a niveles sin precedentes de endeudamiento público, en un momento en que la pandemia sigue ejerciendo presión sobre muchos presupuestos gubernamentales”, escribieron en un blog Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, y Ceyla Pazarbasioglu, jefa de Estrategia del FMI.
“Con los riesgos de la deuda soberana elevados y las restricciones financieras nuevamente en el centro de las preocupaciones políticas, es necesario un enfoque de cooperación global para alcanzar una resolución ordenada de los problemas de la deuda y evitar incumplimientos innecesarios”.
Las alzas en los precios de los alimentos y la energía están golpeando con especial dureza a los países de bajos ingresos, y es posible que necesiten más subvenciones y financiamiento en condiciones muy favorables.
Los países deben emprender reformas para mejorar la transparencia de la deuda y fortalecer las políticas de gestión de deuda para reducir los riesgos.
Alrededor del 60% de los países de bajos ingresos ya estaban en riesgo de sobreendeudamiento, dijeron los autores. El aumento de las tasas de interés en las principales economías podría conducir a una ampliación de los diferenciales para los países con fundamentos más débiles, lo que haría que les resultara más costoso endeudarse.
La crisis crediticia se vio exacerbada por la disminución de los préstamos en el extranjero de China, que está lidiando con preocupaciones de solvencia en el sector inmobiliario, confinamientos por COVID-19 y problemas con los préstamos existentes a los países en desarrollo, dijeron.
Las acciones tomadas por las principales economías fueron insuficientes, dijeron los funcionarios, que señalaron que había terminado un congelamiento en los pagos de la deuda bilateral oficial adoptado al comienzo de la pandemia, y no se habían acordado reestructuraciones bajo un marco establecido por el Grupo de 20 países industrializados.
Se necesitan opciones para una gama más amplia de países, que aún no son elegibles para el alivio de la deuda.
“Salir del paso amplificará los costos y los riesgos para los deudores, los acreedores y, en términos más generales, la estabilidad y la prosperidad mundiales”, escribieron. “Al final, el impacto lo sentirán más los hogares que menos pueden pagarlo”.