Pese a que la economía chilena no está totalmente expuesta al mercado ruso y ucraniano, el país se prepara para un golpe inflacionario severo a causa de la guerra en el este de Europa debido a su dependencia de las importaciones de materias básicas como petróleo y trigo.
El alza global del barril de crudo impulsará, según dijeron expertos, el precio de productos esenciales como la gasolina y el pan dentro de las próximas semanas, ralentizando una recuperación económica pospandemia que el Banco Central chileno ya perfilaba como frágil debido a una agudizada inflación.
Expertos calculan que, de prolongarse la guerra, esta alcanzará el 7% a finales del 2022, casi un punto y medio más de lo que se preveía al inicio del año.
“Chile es un importador neto de petróleo y el aumento de precios va a toda la canasta de consumo por los efectos en el transporte. Hay además una inflación de segunda vuelta dado los efectos encadenados por la presión en los costos y en las tasas de interés”, señaló el economista y director de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, Francisco Castañeda.
“Rusia es un gran exportador de crudo y el conflicto lo que genera es una contracción de la oferta, por tanto, los precios tienden a subir. Ya lo hemos estado viendo en Chile con la subida de precio y probablemente lo seguiremos viendo hasta tener un poco más de certeza”, afirmó el economista y docente de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), José Valenzuela.
Golpe a los ahorros
En la misma línea, Valenzuela prevé un posible efecto en los ahorros de la población chilena, en tanto los fondos de pensiones se encuentran expuestos a los vaivenes del mercado bursátil.
“Esto genera un montón de incertidumbre en mercados internacionales, sobre todo en empresas asociadas a las bolsas tanto en Nueva York, Japón o Europa. En Chile, las empresas del IPSA -Índice de Precios Selectivo de Acciones- tienen mucha relación con ellos y son un gran foco de inversión de las platas que están en los fondos de pensiones”, afirmó.
“Lo que se habla en el medio es que puede que existan cambios a fondos más conservadores mientras pasa la turbulencia asociada al conflicto”, agregó el economista.
Por otro lado, se espera un descenso en el precio de algunas materias primas como el cobre, principal producto exportado por el país suramericano, por lo que podría reducirse de manera importante la recaudación estatal.
En este contexto, analistas proyectan que más allá de la política de subida de los tipos de interés adoptada por el Banco Central chileno el pasado año para sostener el frágil crecimiento, Chile solo puede adoptar “medidas políticas” para tratar de atemperar el golpe, como recurrir al fondo de reserva o elevar la presión impositiva a sectores que no resulten afectados por el conflicto.