El chef español Ferran Adriá. (Foto: Getty)
El chef español Ferran Adriá. (Foto: Getty)

colgó el delantal cuando era considerado uno de los mejores chefs del mundo. Siete años después, vive entregado en transmitir el legado de su restaurante y de su cocina llamada para su disgusto molecular, aún "de moda".

"No he dejado de trabajar", afirma Adrià, enfrascado en proyectos con Harvard, , o apoyando el naciente imperio gastronómico en Barcelona de su hermano menor, Albert.

Cuenta también con 12 millones de euros para su fundación privada, procedentes de firmas como el gigante de telecomunicaciones español, CaixaBank y Lavazza, para lanzar en el 2019, con cinco años de retraso, su centro dedicado a la innovación en Cala Montjoi (Rosas, noreste de España), desde donde elBulli revolucionó la gastronomía, hasta el 2011.

Un restaurante, ¿para qué?
Muchos se preguntan cómo pudo cerrar su restaurante, coronado cinco veces como el mejor del mundo por la lista "50 Best" y objeto de una serie documental "elBulli, historia de un sueño", que Prime Video difundirá a partir del 2 de julio.

Para explicarlo, Adrià se remonta a en torno a 1995. El célebre chef Joël Robuchon había anunciado su retirada y él le visitó en París. "Me dijo: 'Ferran, tú vas a ser increíble, pero tienes que saber cuándo cambiar'. Siempre lo tuve en la cabeza".

Adrià asegura que no volverá a los fogones, por mucho que le sigan lloviendo ofertas. "No le veo ningún sentido a abrir un restaurante, ¿para qué?", dice, contentándose con "abrir caminos" a los nuevos chefs. "El 95% de los restaurantes a los que he ayudado son de éxito”, agrega.

Restaurante Enigma de Ferran Adriá que ha entrado en el puesto 95. (Foto: Expansion.com)
Restaurante Enigma de Ferran Adriá que ha entrado en el puesto 95. (Foto: Expansion.com)

¿Gastronomía o performance?
Sin restaurante, Adrià sigue considerándose cocinero: "Los cocineros de nivel, fuera de excepción, no cocinan, tienen responsables". Apenas se le ve cocinar en esta serie documental sobre elBulli.

La misión de aquel restaurante era sondear "el límite de la experiencia gastronómica sin caer en la performance". Cuando Adrià sintió haber alcanzado ese tope, pese a los dos millones de demandas de reservas anuales y contar con "pinches" de la talla de gigantes como Joan Roca (El Celler de Can Roca) y Massimo Bottura (Osteria Francescana), echó el cierre.

"La sal, peor que un estabilizante"
Adrià sugiere que se cansó de la polémica y los "mitos" que rodearon elBulli. La criticada presencia de aditivos en su cocina es un ejemplo. "La sal es mucho más mala que cualquier estabilizante para la salud", sostiene.

Asimismo, prefiere definir su estilo como "tecnoemocional” y es contrario a ser recordado como el chef que "dinamitó" los códigos gastronómicos, definiéndose como el "hijo" español de la Nouvelle Cuisine francesa.

Enigma, el "bebé" de elBulli
Así, para su futura Bullipedia, una inmensa base de datos sobre gastronomía, sigue sumergido en los últimos 400 años de cocina francesa. "Esta es una de mis fuentes de inspiración", además de México, Perú, China y Japón.

Como no habrá segunda parte culinaria de elBulli, Adrià consuela a los comensales: "Todavía es un bebé, pero Enigma es lo más parecido". Este restaurante barcelonés de su hermano Albert, premio nacional al mejor jefe de cocina del 2017, acaba de colarse en el puesto 95 de la lista ampliada del "50 best".