El grupo, fundado en España en 1952, considera que el impacto del pago de estos derechos sería temporal y no comprometería su capacidad para mantener sus actuales inversiones, que se concentrarán aún más en Norteamérica con el 92% de las ya comprometidas para 2023-2027.
El grupo, fundado en España en 1952, considera que el impacto del pago de estos derechos sería temporal y no comprometería su capacidad para mantener sus actuales inversiones, que se concentrarán aún más en Norteamérica con el 92% de las ya comprometidas para 2023-2027.

La multinacional española de infraestructuras encarará este jueves una junta de accionistas histórica, que decide sobre el traslado de su sede social de España a Países Bajos.

El grupo, que tiene uno de sus principales mercados en América, pretende cotizar en Estados Unidos a través de la bolsa de Ámsterdam.

El voto de los accionistas previsiblemente sacará adelante esta operación anunciada el pasado febrero, a la que se opone frontalmente el Gobierno español.

En las últimas horas empresa y Gobierno se han cruzado una serie de cartas, con la compañía, asesorada por abogados en España, Países Bajos y Estados Unidos, insistiendo en sus razones para el traslado no por motivos fiscales sino como un paso natural en su internacionalización.

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El Ejecutivo que preside el socialista Pedro Sánchez insiste por su parte en que no hay ningún obstáculo para que cotice en Estados Unidos desde España.

La Hacienda española deberá validar si el traslado, si finalmente Ferrovial es absorbida por su filial neerlandesa Ferrovial International SE (FISE), no busca una ventaja fiscal sino que responde a razones económicas válidas, para poder acogerse a una exención de tributar por plusvalías que afloren con la operación, que en estos casos suelen ser elevadas.

La operación está condicionada a que los derechos de separación de los accionistas que deseen salir no superen los 500 millones de euros, el 2,5 % del capital, ya que en caso contrario podría afectar negativamente a Ferrovial desde el punto de vista financiero.

El grupo, fundado en España en 1952, considera que el impacto del pago de estos derechos sería temporal y no comprometería su capacidad para mantener sus actuales inversiones, que se concentrarán aún más en Norteamérica con el 92% de las ya comprometidas para 2023-2027.

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Ya se sabe que el Estado noruego, que posee una participación del 1.49%, votará en contra del traslado y que Leopoldo del Pino, hermano del presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, y cuarto accionista con un 4.15%, también se inclina a ello, aunque parece que no ejercerá su derecho de separación, que ascendería a casi 800 millones de euros.

Además de Rafael del Pino, que suma un 20.4%, su hermana María, con el 8.2%, y el fondo TCI, con el 7%, votarán a favor.

Si resulta aprobada, Ferrovial solicitará poco después su admisión en la bolsa de Ámsterdam y espera que antes de que acabe el año pueda cotizar en la de Nueva York.

Ferrovial está presente en países como Colombia, Canadá y Estados Unidos, con infraestructuras como una de las terminales del aeropuerto neoyorquino de JFK y la autopista ETR-407 en la ciudad canadiense de Toronto, y en Europa, además de España, tiene una importante presencia en mercados como el de Reino Unido, con el aeropuerto londinense de Heathrow.

Fuente: EFE

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