Ninguna de las vacunas contra el COVID-19 aprobadas por la OMS tiene grafeno entre sus ingredientes. (Foto: Wikimedia/Creative Commons).
Ninguna de las vacunas contra el COVID-19 aprobadas por la OMS tiene grafeno entre sus ingredientes. (Foto: Wikimedia/Creative Commons).

Negacionistas de la pandemia de COVID-19 y antivacunas recurren al para dar rienda suelta a su imaginación y desarrollar teorías sobre su uso en humanos. Aseguran que se halla en las vacunas contra el coronavirus, que “modula” la conducta y que hasta existe en las pipas de girasol.

El equipo de verificación de la AFP analizó decenas de publicaciones que contenían desinformación en varios idiomas en torno a este nanomaterial, descubierto en el 2004 y con potencial para revolucionar la electrónica, la industria aeroespacial, la energía y la medicina.

A continuación, los principales lugares en que propagadores de teorías conspirativas y contra las vacunas ubicaron el grafeno.

Componente de vacunas

Los videos de supuestos vacunados con metales adheridos a sus extremidades avivaron la teoría de que el grafeno era responsable de ese “magnetismo”, como profesaron en redes sociales el antivacuna argentino Luis Marcelo Martínez o el español Ricardo Delgado. Incluso el diputado uruguayo César Vega las replicó el Palacio Legislativo.

Expertos rechazan estas versiones explicando que el grafeno no es soluble, que no tiene propiedades magnéticas naturales y no podría generar imantación por la poca cantidad de material: es una lámina de una capa de átomos de espesor.

Además, ninguna de las vacunas contra el COVID-19 aprobadas por la OMS tiene grafeno entre sus ingredientes.

Material de los hisopos

Otra teoría compartida miles de veces asegura que los hisopos de las pruebas PCR para detectar el coronavirus contienen grafeno, lo que “magnetizó” el rostro y el tabique nasal de los afectados.

Pero los hisopos se fabrican con polímeros convencionales, como poliéster.

Autopsia cerebral

Miles de usuarios compartieron en redes el video de una autopsia de cerebro con la intención de mostrar los efectos letales del grafeno “en las funciones neuronales de una persona vacunada”.

Pero las imágenes muestran en realidad una hemorragia intracerebral y circulan desde el 2019, más de un año antes de la aprobación de las primeras vacunas contra el COVID-19, e incluso antes de la identificación de la enfermedad.

Tecnología 5G

Quienes afirman que los inmunizantes contra el nuevo coronavirus contienen grafeno sostienen que el objetivo de inocular ese elemento es controlar la mente y afectar el cuerpo humano. Según una de sus hipótesis, la tecnología 5G “envía frecuencias” al grafeno que entró al organismo a través de la vacunación, y eso crea los síntomas propios del COVID-19.

Así explican que lo acaecido en el mundo desde marzo del 2020 es una “plandemia”, término utilizado en redes para afirmar que la pandemia de COVID-19 fue planeada por las élites gobernantes.

Expertos consultados aseguran que el grafeno se podría usar para mejorar la tecnología 5G, pero aclaran que no tiene ninguna relación con el coronavirus. La actual pandemia, además, se diferencia poco de otras sufridas por la humanidad, cuando no existían estas tecnologías.

Radiofrecuencia

Otro mensaje en redes afirma que el grafeno “se puede manipular mediante radiofrecuencia” para “modular” las emociones humanas y, de paso, obtener la posición GPS de la persona.

Los expertos estudian posibles aplicaciones del grafeno que permitan entender mejor el cerebro, pero no puede obtener una posición GPS, ni por sí solo ni por radiofrecuencia.

Hasta en las pipas

La fijación en redes con el grafeno hizo que “apareciera” hasta en paquetes de pipas de girasol. En un video viral, un hombre explica que el material está presente en el conservador de frescura porque éste era magnético.

El fabricante, con sede en Sevilla, negó echar grafeno a las pipas y aclara que el sobre incriminatorio no produce daños a la salud ni al medioambiente. Según la autoridad española de seguridad alimenticia, SESAL, esos absorbentes de oxígeno impiden el deterioro de los alimentos y se emplean desde hace lustros.

El material utilizado no es grafeno, sino polvo de hierro, razón por la cual el paquete se imanta.