Después de correr contra el tiempo para desarrollar capacidad y satisfacer pedidos aparentemente insaciables de vacunas contra el Covid-19, la industria mundial de vacunas enfrenta ahora una demanda decreciente.
La tendencia podría frenar las altas ventas de farmacéuticos gigantes como Pfizer Inc. y AstraZeneca Plc y crear nuevos problemas para fabricantes locales, desde India hasta Indonesia, que desarrollaron una capacidad gigantesca para fabricar vacunas pero ahora lidian con un exceso de oferta.
Aunque es probable que los refuerzos mantengan viva la demanda de vacunas contra el COVID en todo el mundo, la enorme escasez que reinó durante gran parte del año pasado ha disminuido. Ahora la posibilidad de un exceso global parece más probable.
“La oferta supera la demanda en gran parte del mundo, aunque muchos países apliquen vacunas de refuerzo”, dijo Scott Rosenstein, consultor de atención médica para Eurasia Group.
Mientras tanto, un número creciente de fabricantes está entrando al mercado.
Se podrían producir más de 9,000 millones de dosis en el 2022, pero la demanda de vacunas puede disminuir a un ritmo aproximado de entre 2,200 millones y 4,400 millones de dosis por año en el 2023 y en adelante, según la firma de análisis Airfinity Ltd.
El director ejecutivo de Moderna dijo en una conferencia telefónica que el Gobierno de Estados Unidos aún no ha hecho pedidos para el 2022, lo que sugiere espacio para crecimiento si el país compra una gran cantidad de dosis de refuerzo.
AstraZeneca declinó comentar. Pfizer no abordó directamente las preguntas sobre la demanda de vacunas y dijo en un comunicado que hay suficiente capacidad para vacunar al mundo en el 2022, pero que persisten las barreras de acceso. Moderna no hizo comentarios adicionales.
Más suministro
El problema es particularmente agudo en India, sede de la industria de vacunas más grande del mundo, que lidia con un exceso de oferta nacional y mundial.
Biological E. Ltd., un gran fabricante con sede en Hyderabad, invirtió unos 15,000 millones de rupias (US$ 195 millones) para duplicar la capacidad durante la pandemia a unos cuatro millones de dosis de vacunas al día. Sin embargo, dado que la mayoría de los adultos están completamente vacunados y que el Gobierno no muestra urgencia por intensificar su campaña de dosis de refuerzo, no está claro cuántas dosis más se comprarán.
El Serum Institute of India ltd., el principal proveedor del país que produjo 2,000 millones de vacunas contra el COVID el año pasado, detuvo la fabricación en diciembre tras una falta de pedidos, dijo el director ejecutivo, Adar Poonawalla en enero. Serum no respondió a las preguntas y solicitudes de comentarios sobre los niveles de producción de vacunas contra el COVID de la compañía.
“Una de las grandes preguntas en el futuro será qué hacer con toda esta capacidad de fabricación de vacunas a medida que disminuya la demanda”, dijo Rosenstein. “Probablemente no haya suficiente demanda de otras vacunas para que esta sea una opción viable para todas estas plantas de fabricación”.
Tecnología de ARNm
Otros proveedores indios de vacunas también buscan oportunidades innovadoras de inmunización más allá del COVID.
“Creemos que no solo las vacunas contra el covid-19, sino también las vacunas contra la gripe, contra el neumococo y aquellas contra otras enfermedades desatendidas comenzarán a convertirse en oportunidades muy importantes”, comentó Kiran Mazumdar Shaw, presidenta de Biocon Ltd., a Bloomberg Television anteriormente este mes.
Mientras tanto, en otras partes del mundo, algunos desarrolladores están tirando la toalla. Kalbe Farma, de Indonesia, pausó el trabajo en una vacuna contra el COVID con la surcoreana Genexine Inc. este mes, citando inventarios abundantes. Ahora pretende utilizar la tecnología del ADN para otros tipos de vacunas.
A pesar de las presiones actuales, es probable que las empresas sigan viendo demanda de dosis de refuerzos mientras buscan inoculaciones mejoradas que sean superiores a los productos iniciales. Parece que el COVID está evolucionando hacia lo que probablemente será una enfermedad endémica, lo que significa que posiblemente llegó para quedarse, dijo Gary Dubin, presidente de la unidad de vacunas de Takeda Pharmaceutical Co. de Japón.
Aun así, persisten dudas sobre si se necesitarán refuerzos regulares y con qué frecuencia, y si las posibles variantes “podrían cambiar rápidamente el panorama”, indicó.