El envío de armamento pesado por parte de los países de la OTAN a Ucrania para apoyarla frente a la ofensiva militar rusa plantea un desafío logístico que podría complicarse si el conflicto se alarga, estiman los especialistas.
Siguiendo los pasos de Francia, Reino Unido, Estados Unidos y República Checa, Alemania anunció el martes que autorizará el envío de vehículos blindados “guepard” a Ucrania.
Esta ayuda militar, solicitada desde hace mucho tiempo por Ucrania, se materializa en un momento en que las fuerzas ucranianas se enfrentan a un lento avance del ejército ruso en el Donbás, en el este y en el sur del país.
En este contexto, el envío de “artillería autopropulsada, tanques de combate y vehículos blindados es capaz de dar una fuerza considerable a las tropas ucranianas, o incluso restaurar ciertas capacidades disminuidas por dos meses de guerra”, subraya Léo Péria-Peigné, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri).
Esta “contribución” armamentística “a corto plazo prevalece” en esta etapa “sobre las consideraciones logísticas a medio plazo, que sin embargo habrá que plantearse”, añade el investigador francés.
Por ahora, París, Washington, Londres y Praga han descartado los equipamientos que requieren varios meses de formación y un importante apoyo logístico, como por ejemplo los tanques estadounidenses Abrams, y han privilegiado los que requieren un apoyo logístico limitado.
“Para los ucranianos era fácil recuperar material de origen soviético o ruso porque están formados”, explica una fuente militar francesa Los tanques checos de origen soviético entran en esta categoría, por ejemplo.
Con el material occidental, hay tres puntos. El primero es “la apropiación, es decir: cuando recibo el material, aprendo a utilizarlo desde un punto de vista técnico, pero también táctico, porque con ciertos materiales uno cambia sus tácticas”, agrega.
Potencial industrial
Los cañones franceses Caesar, tienen fama de ser “fáciles de usar”, señala Marc Chassillan, ingeniero militar francés, especialista en tanques y vehículos blindados. “Puedes entender su funcionamiento en una mañana”.
La situación es un poco más compleja, en cambio, en el caso de los guepard alemanes, equipados con un “sistema de armas sofisticado” y “muy exigente”, que requiere un entrenamiento de al menos “varias semanas”, añade el especialista.
También se prevé el envío de blindados de transporte de soldados Marder a Kiev, lo que debería plantear un problema menor para los “combatientes ucranianos experimentados que han estado luchando desde el 2014″, según el ex alto funcionario alemán de la OTAN, Hans Lothar Domröse.
Evacuada la cuestión de la formación, queda la del mantenimiento. ¿Cómo garantizar el mantenimiento de estos equipos y, en particular, el transporte de las piezas de repuesto en caso de avería o destrucción parcial?
Para Péria-Peigné, “esta cuestión es compleja, pero quizás menos que en otros países que no tienen el potencial industrial de Ucrania, que tiene infraestructura y un conocimiento considerable en el tema de los vehículos militares y la industria pesada”.
“Si la cooperación entre los industriales europeos y el ejército ucraniano se desarrolla sin problemas, el tema del mantenimiento debería continuar sin ningún obstáculo en particular”, agrega.
Para Carlo Masala, experto en defensa y seguridad de la Universidad de la Bundeswehr de Múnich, la cuestión del mantenimiento no debería entrar en la ecuación inmediata.
“Si pueden usar el Marder durante tres semanas, es mejor que nada. Si el Marder se daña, pues mala suerte”, declaró en el canal alemán Deutsche Welle.
¿Problema de municiones?
Queda la espinosa cuestión de las municiones, que podría ser un problema grave si el conflicto se prolonga.
“Todos esperan que el conflicto termine pronto”, explica Jean-Pierre Maulny, subdirector del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris). “Pero si se alarga, no se excluye el riesgo de una escasez de municiones, en particular en lo que respecta a las armas Caesar”.
Sin embargo, el anuncio por parte de Australia, Canadá y Estados Unidos del envío de cañones de 155 mm -del mismo calibre que los Caesars- podría ayudar.
La pregunta también surge para los tanques Marder que dependen de municiones fabricadas en Suiza.
Este país vetó el envío de municiones suizas a Kiev a través de Alemania. Para Péria-Peigné plantea “un callejón sin salida logístico” “mucho más peligroso a corto plazo que la cuestión de las piezas de repuesto”.
Si la lucha se intensifica aún más, los anuncios hechos hasta ahora en términos de envío de equipo militar también podrían resultar insuficientes rápidamente.
“Si sumamos lo que se ha anunciado como entregado y lo comparamos con las pérdidas registradas durante las últimas ocho semanas - en municiones, equipo, etc... - al ritmo actual de desgaste, esto durará un mes y medio, no más”, estima Chassillan.