Los veteranos de las crisis esperan que muchos puedan evitar el impago, sobre todo si los mercados mundiales se calman y el Fondo Monetario Internacional (FMI) interviene con su apoyo. (Foto: Bloomberg)
Los veteranos de las crisis esperan que muchos puedan evitar el impago, sobre todo si los mercados mundiales se calman y el Fondo Monetario Internacional (FMI) interviene con su apoyo. (Foto: Bloomberg)

Las señales tradicionales de una crisis de la deuda, como el desplome de las divisas, diferenciales de los bonos de 1,000 puntos básicos y reservas de divisas desapareciendo, apuntan a un número récord de países en desarrollo que ahora están en problemas.

El Líbano, Sri Lanka, Rusia, Surinam y Zambia ya están en situación de impago, Bielorrusia está al borde y al menos otra decena se encuentra en zona de peligro, ya que el aumento de los costos de los préstamos, la inflación y la deuda avivan el temor a un colapso económico.

La suma de los costos es muy llamativa. Utilizando los diferenciales de los bonos de 1,000 puntos básicos como umbral, los analistas calculan que hay US$ 400,000 millones de deuda en riesgo. Argentina es, con diferencia, el país más expuesto con US$ 150,000 millones, mientras que los siguientes son Ecuador y Egipto, con entre US$ 40,000 millones y US$ 45,000 millones.

Los veteranos de las crisis esperan que muchos puedan evitar el impago, sobre todo si los mercados mundiales se calman y el Fondo Monetario Internacional (FMI) interviene con su apoyo. Estos son los países que están en riesgo.

Argentina

El país con el récord mundial de impago de deuda soberana podría aumentar la brecha. El peso se negocia ahora con un descuento de casi el 50% en el mercado negro, las reservas son críticamente bajas y los bonos se negocian a sólo 20 centavos de dólar, menos de la mitad que tras la reestructuración de la deuda del país en el 2020.

El gobierno no tiene una deuda importante que pagar hasta el 2024, pero después se dispara y se teme que la poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pueda presionar para incumplir con el FMI.

Ucrania

La invasión rusa significa que Ucrania tendrá que reestructurar casi con toda seguridad sus más de US$ 20,000 millones de deuda, advierten inversores de peso como Morgan Stanley y Amundi.

La crisis se cierne en setiembre, cuando deben pagarse US$ 1,200 millones en bonos. El dinero de la ayuda y las reservas apuntan a que Kiev podría pagar. Pero esta semana, la empresa estatal Naftogaz ha pedido una congelación de la deuda durante dos años, por lo que los inversores sospechan que el Gobierno hará lo mismo.

Túnez

En África hay varios países que acuden al FMI, pero Túnez parece uno de los que más riesgo corre.

Un déficit presupuestario cercano al 10%, una de las facturas salariales del sector público más elevadas del mundo y la preocupación de que garantizar, o al menos cumplir, un programa del FMI pueda ser difícil debido a la presión del presidente Kais Saied para reforzar su control del poder.

Los diferenciales de los bonos tunecinos -la prima que exigen los inversores para comprar la deuda en lugar de los bonos estadounidenses- han subido a más de 2,800 puntos básicos y, junto con Ucrania y El Salvador, Túnez está en la lista de los tres países con más probabilidades de impago de Morgan Stanley.

“Un acuerdo con el FMI es un imperativo”, ha dicho el jefe del banco central de Túnez, Marouan Abassi.

Egipto

Egipto tiene una relación deuda/PBI cercana al 95% y sufrido uno de los mayores éxodos de efectivo internacional este año: unos US$ 11,000 millones, según JPMorgan

La firma de fondos FIM Partners calcula que Egipto tiene que pagar US$ 100,000 millones de deuda en divisas fuertes en los próximos cinco años, incluido un cuantioso bono de US$ 3,300 millones en el 2024.

El Cairo devaluó la libra un 15% y pidió ayuda al FMI en marzo, pero los diferenciales de los bonos superan ahora los 1,200 puntos básicos y los swaps de incumplimiento de crédito (CDS) -una herramienta de los inversores para cubrir el riesgo- cotizan con un 55% de posibilidades de impago.

Francesc Balcells, CIO de la deuda de los países emergentes en FIM Partners, estima, sin embargo, que aproximadamente la mitad de los US$ 100,000 millones que Egipto debe pagar de aquí al 2027 es al FMI o a los bilaterales, principalmente en el Golfo. “En condiciones normales, Egipto debería ser capaz de pagar”, dijo Balcells.

Kenia

Kenia destina aproximadamente el 30% de sus ingresos al pago de intereses. Sus bonos han perdido casi la mitad de su valor y actualmente no tiene acceso a los mercados de capitales, un problema antes de que venza un bono de US$ 2,000 millones en el 2024.

Sobre Kenia, Egipto, Túnez y Ghana, David Rogovic, de Moody’s, dijo: “Estos países son los más vulnerables sólo por la cantidad de deuda que vence en relación con las reservas, y los desafíos fiscales en términos de estabilizar la carga de la deuda”.

El Salvador

La adopción del bitcóin como moneda de curso legal ha cerrado la puerta a las esperanzas de acudir al FMI. La confianza ha caído hasta el punto de que un bono de US$ 800 millones con vencimiento en seis meses se negocia con un descuento de 30% y los de más largo plazo con un descuento de 70%.

Pakistán

Pakistán ha llegado a un acuerdo crucial con el FMI. El avance no podía ser más oportuno, ya que los elevados precios de las importaciones de energía han llevado al país al borde de una crisis de balanza de pagos.

Las reservas de divisas han caído hasta los US$ 9,800 millones, apenas suficientes para cinco semanas de importaciones. La rupia pakistaní se ha debilitado hasta alcanzar mínimos históricos. El nuevo gobierno tiene que recortar el gasto rápidamente ya que destina el 40% de sus ingresos al pago de intereses.

Ecuador

El país latinoamericano cayó en mora hace sólo dos años, pero ha vuelto a entrar en crisis debido a las violentas protestas y al intento de derrocar al presidente Guillermo Lasso.

Tiene mucha deuda y, con el gobierno subvencionando el combustible y los alimentos, JPMorgan ha aumentado su previsión de déficit fiscal del sector público hasta el 2.4% del Producto Bruto Interno (PBI) este año y el 2.1% el próximo. Los diferenciales de los bonos han superado los 1,500 puntos básicos.