Lo que sea que le preocupe: océanos, rinocerontes, investigación cardiovascular, hambre, ostras, perros heridos, salmón, veganismo, proyectos de arte, política o acción climática, hay un vino para usted (y no, no solo para olvidar sus problemas).
Los llamados "vinos activistas", aquellos que inspiran a los bebedores a votar con sus dólares, han creado una "nueva hoja de ruta para el buen vino", asegura el sumiller Peter Weltman de Borderless Wine. Al igual que con el auge más amplio del consumo ético, los vinos que hacen el bien, así como saben bien, no son solo una moda pasajera. Representan un cambio serio en la industria que ha pasado de nicho a habitual en los últimos años.
“Hay innumerables estudios que muestran que la gente de hoy quiere comprar productos éticos y sostenibles de empresas que comparten sus valores”, afirma Rob Symington, cuya familia es dueña de la empresa de vino con sede en Portugal Symington Family Estates. A partir del 22 de julio, la empresa vinícola de casi 140 años de edad logró el estatus de B Corporation, uniéndose a un movimiento global de empresas comprometidas con las prácticas comerciales sociales, ambientales y éticas que son una fuerza para el bien.
En un correo electrónico, Symington confirmó un par de esos estudios. Unilever anunció en junio que sus Sustainable Living Brands lideradas por un objetivo están creciendo 69% más rápido que el resto de sus negocios. Una encuesta de Nielsen del 2015 al 30,000 consumidores en 60 países informó que el 66% estaba dispuesto a pagar más por bienes sostenibles.
Y acabo de encontrar un informe publicado el mes pasado por la firma de investigación de mercado del Reino Unido Wine Intelligence que descubrió que los consumidores jóvenes prestan cada vez más atención al impacto de su comportamiento en el medio ambiente y extienden ese sentido de responsabilidad a sus opciones para beber vino.
Agregue a todo eso un nuevo grupo de enólogos que desean hacer algo más que un gran vino: quieren cambiar el mundo, una botella a la vez.
Algunas bodegas donan un porcentaje de las ganancias o ingresos de un cuvée especial a causas dignas. Los vinos de Dreaming Tree, del músico ganador del Emmy Dave Matthews, han donado más de US$ 1.5 millones a organizaciones ambientales como Wilderness Society. Las ganancias de su flamante rosado se destinarán a International Rhino Foundation. Cada botella de Proud Pour’s Mendocino sauvignon blanc restaura 100 ostiones salvajes a aguas locales.
Symington señala que no podemos hablar de vino ético sin abordar el cambio climático y el objetivo de acabar con las emisiones carbono. Fetzer Vineyards, en Mendocino, fue la primera bodega estadounidense en cambiarse a energía verde hace 20 años, y en 2016 se convirtió en la primera empresa de vinos de carbono neutral certificada del país.
Igualmente importante es la responsabilidad social y la forma en que las bodegas tratan a los trabajadores. Varias décadas atrás, los bebedores de vino evitaban el vino sudafricano debido a las políticas de apartheid de ese país. Ahora, muchos se han unido al movimiento de Comercio Justo que promueve buenas condiciones de trabajo e invierte en proyectos de desarrollo como mejorar el agua potable. Thandi, de Stellenbosch, fue la primera bodega certificada de comercio justo en el mundo.
En el evento anual Fine Minds 4 Fine Wines, organizado por el Instituto Areni, al que asistí en julio en Burdeos, Francia, la sostenibilidad social fue un tema candente. Laura Catena, cuya familia fue pionera en el vino moderno en Argentina, inició el Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola de Argentina. Abarca la capacitación en muchas habilidades y clases de idiomas para los trabajadores, así como clases de viñedos para las escuelas secundarias rurales locales, a fin de dar a los estudiantes una manera de permanecer en el área.
¿Es todo esto solo una forma de quedar bien? Revise las etiquetas en busca de certificaciones como orgánico, comercio justo, vegano y membresía en la nueva International Wineries for Climate Action. Una forma de rastrear los vinos con conciencia es buscar importadores de ideas afines como Weltman, quien está empezando a traer vinos de regiones devastadas por la guerra a través de su Borderless Wine Alliance para alentar a los activistas a comprar vino. Dar Richi, un vino libanés elaborado por un refugiado sirio, debutará este otoño. "Me di cuenta de que con nuestras compras de vino podemos ayudar a promover la paz regional y los valores políticos y sociales", dice, "y hacer una diferencia en el mundo".
Mika Bulmash, especialista en desarrollo internacional que comenzó Wines For the World en el 2013, después de trabajar una cosecha en Sudáfrica, construyó una cartera de productores que cumplen con criterios estrictos, lo que incluye tomar medidas positivas sobre la responsabilidad social y la sostenibilidad ambiental.