Un contingente de veteranos de Wall Street y funcionarios de alto nivel del Gobierno chino se preparan para volver a entablar conversaciones, mientras los líderes empresariales trabajan al margen de la Administración Biden para lograr un mayor acceso al país más poblado del mundo.
Un grupo influyente creado durante la escalada de tensiones entre Estados Unidos y China en el 2018 está organizando una nueva ronda de reuniones antes de fin de año, según una persona con conocimiento del tema. Las conversaciones, en las que participan emisarios de las finanzas estadounidenses y altos funcionarios reguladores chinos, quedaron en segundo plano en medio de la terrible pandemia.
Estados Unidos y China están lidiando con prolongados enfrentamientos en temas como el acceso al mercado, la seguridad de los datos y la cotización internacional de acciones. Las últimas medidas de China contra algunas de sus propias empresas han provocado un gran revuelo entre los inversionistas internacionales, lo que ha desconcertado aún más a la comunidad empresarial estadounidense, que busca más claridad sobre las últimas medidas adoptadas por Pekín.
John Thornton, presidente de Barrick Gold Corp. y veterano de Goldman Sachs Group Inc., es uno de los presidentes del grupo denominado Mesa Redonda Financiera China-Estados Unidos La iniciativa fue creada con el respaldo de altos funcionarios chinos y está copresidida por el exgobernador del banco central Zhou Xiaochuan.
Thornton se encuentra en Pekín reunido con las autoridades chinas, entre ellas el viceprimer ministro, Liu He, y el vicepresidente de la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés), Fang Xinghai, dijeron dos personas que pidieron no ser identificadas porque no están autorizadas a hablar del asunto. La CSRC no respondió a una solicitud de comentarios, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores remitió las preguntas a otros departamentos pertinentes.
Wall Street se encuentra en una carrera para aprovechar una de las mayores oportunidades en las finanzas a medida que China abre el sector. El país eliminó los límites a la propiedad extranjera en abril del año pasado, permitiendo a las empresas gestionar sus propias unidades de administración de dinero y operaciones de banca de inversión.
Lo que está en juego es una parte del mercado de servicios financieros de China, que asciende a US$ 54 billones, y hasta US$ 30 billones en activos de fondos globales que se administrarán en un plazo de tres años. Por su parte, China está tratando de introducir sangre fresca en su industria financiera a medida que reforma su sistema de pensiones y trata de dirigir el patrimonio de los hogares a inversiones a largo plazo más allá de las acciones y las propiedades. Las empresas extranjeras podrían desempeñar un papel clave para ayudar al país a construir un mercado más maduro.
‘Salgan’
En anteriores reuniones participaron representantes vinculados a pesos pesados de las finanzas estadounidenses, como Blackstone Inc., Goldman Sachs, JPMorgan Chase & Co. y Morgan Stanley. La delegación se reunió por última vez en octubre. En ese momento, habían decidido intentar mitigar el riesgo político que amenazaba su acceso al mayor mercado del mundo fuera de Estados Unidos.
Cuando fueron concebidas en 2018, las conversaciones provocaron una dura reacción del entonces principal asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, quien le dijo a Wall Street que “se saliera de las negociaciones”, acusándolas de presionar al presidente Donald Trump para que pusiera fin a su guerra comercial con China. Aunque la pandemia impidió encuentros en persona, la mesa redonda se reunió virtualmente en octubre y se espera que se reanude en un formato similar este año.
Las tensiones con Estados Unidos siguen siendo altas. El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, Gary Gensler, advirtió el martes a cientos de empresas chinas que han recaudado dinero en los mercados estadounidenses que corren el riesgo de que sus acciones sean retiradas de la bolsa si no se someten a un mayor escrutinio. Gensler se comprometió a hacer cumplir estrictamente un plazo de tres años que obliga a las empresas a permitir inspecciones de sus auditorías financieras, aplicando un mandato del Congreso.
A pesar de esto, China ha abierto más sus mercados financieros a gigantes de Wall Street como Goldman Sachs y BlackRock Inc., contando con ellos para que aporten nuevas inversiones y fomenten una industria local de banca de inversión y fondos mutuos más competitiva.
Esta semana, China también envió la señal más contundente hasta ahora de que se toma en serio la resolución de un impase con Estados Unidos sobre el acceso a los libros de sus empresas.
El Consejo de Estado, el máximo órgano gubernamental de China, emitió el lunes directrices en las que afirmaba que impulsaría la cooperación contable transfronteriza, salvaguardando al mismo tiempo la seguridad de la información. Esto se produjo después de una declaración del regulador de valores del país, que dijo que trabajaría para mejorar las condiciones para la cooperación con Estados Unidos en las auditorías de las empresas durante el segundo semestre del año.