Nueva York
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Algunos de los principales nombres del sector inmobiliario de Nueva York, entre ellos SL Green Realty Corp., Vornado Realty Trust y Related Cos., se han embarcado en un ambicioso plan de reducir un 20% el uso de energía en los edificios más grandes de la ciudad para 2030, con cierto “margen de maniobra”.

Si se lo instrumenta, el plan llevaría a los más de 50,000 edificios de la ciudad de por lo menos 2,300 metros cuadrados (25,000 pies cuadrados) a estar más de un tercio encaminados en un objetivo con respaldo municipal de reducción de 80% de las emisiones de gas de efecto invernadero para el 2050, según el Urban Green Council, la filial neoyorquina de la organización sin fines de lucro U.S. Green Building Council. La 80.50 Buildings Partnership del Urban Green Council dio a conocer el plan el miércoles.

Brookfield Property Partners LP, la Durst Organization, y Rudin Management Co. se cuentan también entre los firmantes, además del Environmental Defense Fund, la New York League of Conservation Voters y sindicatos como el Service Employees International Union Local 32BJ.

“Reunimos a los sectores más importantes relacionados con construcción y energía en un marco de fuerte reducción del uso de energía en la ciudad de Nueva York”, dijo Russell Unger, el director ejecutivo de Urban Green Council.

Pero el plan implica que los firmantes “acepten las ideas centrales expresadas aquí pese a que algunos puedan no estar de acuerdo con los detalles de algunas recomendaciones”. En una entrevista, Unger lo describió en términos de “margen de maniobra incorporado”.

En el 2005, la ciudad de Nueva York fue responsable de 61 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, alrededor de dos tercios de los cuales procedían de edificios. La ciudad había reducido la cantidad a 52 millones de toneladas para el 2016. Un millón de toneladas equivale a más de 13,000 camiones tanque de gasolina, según un cálculo de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por la sigla en inglés).

La mayor parte de los científicos considera que los gases de efecto invernadero, en especial el dióxido de carbono, son una de las principales causas del cambio climático, que deriva en un aumento del nivel del mar e incrementa fenómenos meteorológicos extremos como fuertes tormentas y olas de calor.

Si bien el presidente estadounidense Donald Trump ha calificado el cambio climático de invento y su EPA se ha retirado de iniciativas de reducción de carbono como el acuerdo de París, algunos gobiernos municipales y estaduales, Nueva York entre ellos, han seguido adelante con medidas destinadas a reducir las emisiones de carbono.

Una de las recomendaciones de la asociación es apoyar la versión local de la negociación de créditos de carbono, que permite a quienes superan las metas de ahorro de energía vender los créditos a aquellos que ahorran menos. Otra es alentar la conversión a calefacción eléctrica de alto grado de eficiencia y otras tecnologías a los efectos de abandonar combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural.

John Banks, el presidente de la Comisión de Bienes Raíces de Nueva York, calificó el cambio climático de “un problema social” y señaló en una declaración por correo electrónico que “todos los sectores, entre ellos el inmobiliario, tienen que contribuir a enfrentarlo”.