La reapertura de la economía estadounidense está dificultando la tarea de los economistas al momento de hacer pronósticos.
Las estimaciones para dos de los informes económicos más ampliamente seguidos este mes —el índice de precios al consumidor y el de empleo— han distado mucho de las cifras reales. Las nóminas de abril, informadas la semana pasada, se situaron 730,000 por debajo de la estimación mediana en una encuesta de Bloomberg. El miércoles, los datos del Gobierno mostraron que el aumento general en el IPC casi cuadruplicó el pronóstico en consenso.
La naturaleza sin precedentes de la pandemia ha dificultado los pronósticos a los economistas. La reciente sorpresa del empleo fue el peor error de cálculo a la baja, mientras que el índice de precios fue el mayor desacierto al alza en los registros que datan desde 1996, según datos compilados por Bloomberg. Esto no es la primera vez que sucede durante la pandemia de COVID-19: los economistas también tuvieron dificultades para pronosticar con precisión una mejora repentina en los datos de empleo el año pasado, por ejemplo.
Los economistas dicen que sus modelos no están diseñados para incorporar cambios masivos como los derivados de la rápida reapertura de las empresas o de las dificultades en la cadena de suministro. Los datos de alta frecuencia y la evidencia anecdótica proporcionan información adicional, pero no es una ciencia exacta.
“Los modelos económicos son muy malos para predecir puntos de inflexión”, dijo Michael Gapen, economista jefe de Barclays Plc. “Son excelentes para mostrar tendencias, pero la pandemia es una serie de puntos de inflexión”.
Tampoco hay muchos períodos en la historia para comparar con la pandemia. El ciclo económico que más se asemeja al momento actual es la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo una escasez masiva de algunos productos y se refrenó a las personas a comprar ciertos artículos, dijo Gapen.
Los modelos tampoco pueden predecir cosas como la escasez mundial de semiconductores o el aumento repentino de la demanda de viajes, lo que resulta en enormes cambios de precios a corto plazo, dijo Jennifer Lee, economista sénior de BMO Captial Markets. Según el informe del Gobierno, los costos de los automóviles y camiones usados, las tarifas aéreas y los hoteles subieron a máximos en abril.