La declaración de Washington la semana pasada sobre la pérdida de autonomía de Hong Kong de China ha sido un momento histórico con potenciales consecuencias para esta plaza financiera, aunque mucho depende del presidente Donald Trump.
La revocación del estatus oficial podría cambiar radicalmente la situación de la excolonia británica que ha servido durante décadas como la puerta de entrada de China a la economía mundial.
El viernes, Trump prometió despojar a la ciudad de algunos privilegios comerciales, asegurando que el plan de Pekín de imponer una ley de seguridad en el territorio semiautónomo es una "tragedia".
Pero no profundizó en las medidas y la declaración podría ser poco más que simbólica.
¿Cuál es el estatus especial de Hong Kong?
En vísperas de la devolución de Hong Kong a China en 1997, el acuerdo forjado de "un país, dos sistemas" permitía a la ciudad mantener algunas libertades y autonomía durante cincuenta años.
Estas libertades incluían una economía de libre mercado, justicia independiente, libertad de expresión y autonomía legislativa.
Como resultado, muchos países, incluido Estados Unidos, se dotaron de leyes que permitían tratar a Hong Kong como una entidad comercial diferente a la autoritaria y económicamente restrictiva de China continental.
El acuerdo permitía a Hong Kong crecer como un centro financiero de clase mundial a la altura del de Londres y Nueva York.
También contemplaba acuerdos para la supresión de visados, una moneda indexada al dólar, el cuarto mayor centro bursátil mundial así como leyes favorables a los negocios, aranceles y protecciones comerciales.
En caso de que Washington opte por medidas duras pondría en peligro "la conexión financiera que China tiene con el libre mercado", según Robert Spalding, un experto en Estados Unidos-China del Hudson Institute.
"Una vez que eso acabe, las acciones, los bonos, la transacciones financieras, el SWIFT, todo peligra" dijo a Bloomberg News.
¿Qué ocurrirá?
Trump ha indicado que proyecta tomar algunas medidas concretas. El viernes instruyó a los funcionarios a que "empiecen el proceso de eliminar la política que otorga a Hong Kong un trato especial y diferente".
"Esto afectará a gran cantidad de acuerdos, desde nuestro tratado de extradición a nuestros controles tecnológicos duales de las exportaciones", agregó.
Julian Ku, experto de derecho internacional en Hofstra University, asegura que el presidente tiene "mucha flexibilidad".
"Espero que dé algunos pasos importantes que muestren a China que va en serio, pero no cambie la legislación estadounidense que afecta a Hong Kong," dijo.
¿Cómo se hace?
La decisión de revocar el estatus especial de Hong Kong estuvo motivada por los crecientes temores de que Pekín está eliminando las libertades en el enclave.
Uno de los últimos asuntos que preocupa más es el plan de Pekín de prohibir la subversión y actos que pongan en peligro la seguridad nacional después de siete meses de protestas prodemocracia el pasado año.
Pekín dice que se necesita la ley para frenar el "terrorismo" y el "separatismo". La oposición teme que sea utilizada para sofocar toda disidencia como en la autoritaria China continental.
La situación de Hong Kong ha producido un inusual apoyo de los dos partidos en Washington que han aprobado una ley penalizando a China.
Una de las provisiones es que el Departamento de Estado certifique cada año si Hong Kong mantiene suficiente autonomía de China para justificar el estatus especial. El miércoles, el Departamento de Estado decidió que no.
¿Es el fin del rentable Hong Kong?
La política de la administración de Trump en China es impredecible.
Trump mantiene la línea dura en las relaciones comerciales con Pekín pero no muestra mucho interés en el tema de los derechos humanos y suele hablar de manera amable de su homólogo chino, Xi Jinping.
Con todo, las sanciones a Hong Kong podrían penalizar a las empresas estadounidenses.
Según el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, unas 300 compañías tienen una sede regional en Hong Kong.
Hong Kong es también un territorio muy importante para Pekín, especialmente para las empresas chinas que buscan divisas extranjeras. Pero la excolonia británica ya no es tan crucial como lo supo ser: en el 2019, 12% de las exportaciones chinas estaban destinadas a Hong Kong o transitaron por la ciudad, frente al 45% en 1992.
Para Steve Tsang, experto en China en la Universidad SOAS de Londres, las acciones de Estados Unidos no harán que Pekín se modere. “Creo que Xi redoblará sus esfuerzos y contratacará”, dijo.