Fue nombrado por Donald Trump, que luego lo criticó. Jerome Powell, fue respaldado por Joe Biden para seguir cuatro años más al frente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, se mantuvo estoico ante los cuestionamientos y atravesó una de las peores crisis en la historia de Estados Unidos.
Biden decidió renovarle su mandato a pesar de la presión del ala izquierdista de su Partido Demócrata que prefería un candidato más cercano a sus ideas.
Su nombre debe ser confirmado por el Senado.
A los 68 años, este ex banquero de inversiones, un republicano moderado que no es economista de formación, recibió en particular el respaldo de Janet Yellen, su predecesora a la que Trump no le renovó el mandato rompiendo una tradición. Con la actual secretaria del Tesoro, comparte la voluntad de garantizar un crecimiento más equitativo y reducir la desigualdad que afecta a las minorías negra e hispana.
Tras llegar a la Fed en el 2018, “Jay” Powell, quien fue un alto funcionario del Tesoro bajo la presidencia de George Bush y llegó al cargo de gobernador de la Fed con Barack Obama, tuvo que lidiar con la pandemia.
Ahora, cuando la inflación es seguida de cerca en Estados Unidos y los precios suben, la Fed, bajo el mandato de su décimo sexto presidente, comenzará a reducir sus estímulos a la economía, empezando por las compras de activos que junto con las tasas de interés ultrabajas formaron parte del arsenal contra la crisis del coronavirus.
Estoico
Trump llegó a lamentar públicamente haberle nombrado al frente de la Fed.
Powell se abstiene de todo comentario sobre el asunto en sus muy raras apariciones en los medios y en las conferencias de prensa que acostumbra luego de cada reunión del comité monetario.
En el 2019, cuando la guerra comercial con China estaba en su apogeo, la economía se frenó, y la Fed dio marcha atrás a su política de alzas de tasas iniciada en el 2018.
Los tipos de interés se ubicaron prácticamente en cero, y llegó la pandemia.
Powell comprende entonces que no hay un minuto que perder.
La recesión del 2020 fue la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la Fed y su presidente lograron limitar los daños y calmar a los mercados financieros.
El organismo implementó nuevas facilidades crediticias y un programa masivo de compras de bonos del Tesoro y otros títulos para asegurar el flujo de fondos al sistema financiero estadounidense.
Estos esfuerzos, así como billones de dólares de gastos de reactivación del gobierno federal, impidieron una recesión más grave y duradera.
Foco en las minorías
La tasa de desempleo cayó a 4.6% en octubre, por encima del nivel prepandemia de 3.5%, pero muy lejos del 14.8% registrado en abril del 2020.
Para algunos políticos y economistas, las decisiones de la Fed al comando de Powell podrían conducir a un recalentamiento de la economía y a una inflación duradera.
Luego de languidecer durante años por debajo del objetivo de 2% fijado por el banco central, la inflación se ubicó en 6.2% a 12 meses en octubre, un nivel inédito en 30 años.
Los responsables de la Fed insisten en que se trata de un pico debido a factores temporales.
El segundo mandato de Powell, que comenzará en febrero próximo, se anuncia cargado de desafíos, en particular en materia de inclusión de minorías.
El desempleo entre los estadounidenses negros sigue siendo más del doble que entre los blancos, una disparidad que Powell siempre menciona en sus apariciones públicas.
El otro desafío, técnico, es cuándo aumentar las tasas de interés en el momento oportuno para no comprometer la reactivación.
Antes de la Fed, Powell era investigador en el grupo de reflexión bipartidista Bipartisan Policy Center.
Oriundo de Washington, es abogado. Ex socio de 1997 al 2005 del gigantesco fondo de inversiones estadounidense Carlyle, forma parte de las personas más ricas en haber dirigido el banco central.
En sus audiencias de confirmación en el 2018, declaró una fortuna de US$ 18 millones a US$ 55 millones.