Bill Gates dijo el jueves que las muertes por COVID-19 podrían caer por debajo de los niveles de la influenza estacional para mediados del 2022. Si tiene razón, será un giro notable.
Estados Unidos todavía registra un promedio de siete días de alrededor de 1,028 muertes por COVID-19; un ritmo anualizado de 375,220, o unas 10 veces la tasa de muertes por influenza en un año relativamente malo.
A corto plazo, los patrones de contagio sugieren que la mortalidad por COVID podría empeorar un poco, no mejorar.
Este año, la campaña de vacunación de Estados Unidos ayudó brevemente a que la mortalidad total por todas las causas regresara a niveles “normales” entre abril y mediados de julio. Pero la variante delta ha revertido, al menos temporalmente, la mejora; en el verano del 2021 se registró un exceso de mortalidad incluso mayor que en el mismo período del año anterior.
Gates, el multimillonario fundador de Microsoft Corp., proyectó que la creciente inmunidad natural e inducida por las vacunas en todo el mundo y los nuevos tratamientos orales cambiarán drásticamente tanto la tasa de contagio como la de muerte por COVID-19 para mediados del 2022. Gates realizó las declaraciones en el foro Bloomberg New Economy, en Singapur.
El COVID-19 causó alrededor de 375,000 muertes en Estados Unidos en el 2020, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del país, lo que equivale a una tasa de aproximadamente 92 por cada 100,000. Fue la tercera causa subyacente de muerte, después de las enfermedades cardíacas y el cáncer, y en gran parte responsable del aumento en el total de muertes en el 2020.
En el 2019, la influenza fue la novena causa de muerte, con 39,783 víctimas fatales, o el 1.7% del total, para una tasa de mortalidad de 15.2 por 100,000.