Por Bill Dudley
Si todo va según las previsiones de referencia del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el actual aumento de la inflación en Estados Unidos será transitorio, a pesar de los persistentes esfuerzos del banco central para estimular el crecimiento y reducir el desempleo. Pero, ¿y si la gente deja de creer en esta perspectiva benigna? Este es uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta la Fed.
El poder de la Fed para manejar la economía se basa en gran parte en la confianza de la opinión pública. Si los hogares y las empresas confían en el juicio de los funcionarios, esperarán que la inflación de los precios al consumidor se mantenga cerca del objetivo del 2% del banco central a largo plazo. Como resultado, será menos probable que exijan y ofrezcan aumentos salariales, lo que ayudará a garantizar que cualquier incremento de la inflación sea temporal.
Pero, ¿y si las proyecciones de la Fed se equivocan, una posibilidad que Powell ha reconocido? Una racha de inflación más prolongada de lo previsto podría generar dudas sobre el compromiso del banco central con su objetivo de inflación. Como resultado, las expectativas de la gente sobre la inflación futura podrían aumentar, lo que las llevaría a responder de maneras que la inflación real fuera más persistente.
El riesgo del segundo resultado es mayor en este momento, por varias razones. En primer lugar, las perspectivas económicas son muy inciertas: nadie está seguro de cómo evolucionará la pandemia ni de cómo debería ser la recuperación de una pandemia. Esto aumenta el riesgo de sorpresas y de un error de política, dado el tiempo que tardan los cambios en la política monetaria en afectar la economía y la inflación.
Un importante comodín es el mercado laboral. Según algunas mediciones, todavía hay mucho espacio para que el empleo crezca: en un 5.2%, la tasa de desempleo está muy por encima de su nivel prepandémico del 3.5%, y el número de personas empleadas sigue estando casi 6 millones por debajo del nivel en que se encontraba en febrero del 2020.
Pero otros indicadores sugieren que es muy difícil encontrar trabajadores. La más reciente Encuesta de Apertura de Puestos de Trabajo y Rotación Laboral indicó que había 10,9 millones de puestos vacantes sin cubrir a fines de julio, la mayor cantidad en la historia de la encuesta.
En segundo lugar, parece probable que la inflación aumente durante más tiempo de lo previsto. Por ejemplo, la escasez de oferta de chips, que ha limitado la producción de automóviles y ha provocado una fuerte alza de los precios de los autos usados, parece que continuará hasta bien entrado el año 2022.
Las medidas oficiales de los costos de las viviendas también podrían aumentar, tras el reciente y brusco incremento de los precios inmobiliarios. En consecuencia, espero que los funcionarios de la Fed eleven sus proyecciones de inflación para el 2022 en su reunión de políticas monetaria de esta semana.
En tercer lugar, una alta inflación probablemente hará subir las expectativas de inflación. Esto ya es evidente en una medida importante: la Encuesta de Expectativas del Consumidor de la Reserva Federal de Nueva York.
En agosto, los encuestados esperaban que la inflación fuera del 5.2% durante el próximo año y promediara el 4% durante los próximos tres años. Estas son las lecturas más altas en la historia de la encuesta, que se remonta al 2013, y superan con creces el objetivo a largo plazo de la Fed del 2%.
Por último, el enfoque de la Fed para implementar su marco monetario a largo plazo ha aumentado el riesgo de pérdida de confianza. El banco central se ha comprometido a no subir las tasas a corto plazo hasta que hayan sucedido tres cosas: que la economía haya alcanzado el nivel máximo sostenible de empleo consistente con su objetivo de inflación, que la inflación haya alcanzado el 2% y que la Fed espere que la inflación se mantenga por encima del 2% durante algún tiempo en el futuro.
Este firme compromiso con el pleno empleo sugiere que la Fed tardará en responder a un aumento de la inflación que considere transitorio, incluso si ese aumento impulsa las expectativas de inflación.
La credibilidad es una poderosa herramienta para mantener la inflación bajo control. Si una inflación persistentemente alta pone en duda esa credibilidad, el trabajo de la Fed se volverá mucho más difícil.