Los grandes bancos de Estados Unidos han cedido ante las quejas de sus empleados júnior, o de menor antigüedad, por las largas jornadas de trabajo que denunciaron a principios de este año y han anunciado subidas de salario en torno al 30% para los niveles de entrada, informaron medios locales.
El último de ellos, Goldman Sachs, anunciará esta semana cuantiosos aumentos en el salario base anual, de US$ 85,000 a US$ 110,000 para sus empleados de primer año, de USS 100,000 a US$ 125,000 para los analistas de segundo año y de US$ 125,000 a US$ 150,000 para otros cargos de más responsabilidad, informó el diario The New York Post.
El pasado marzo se filtró en redes sociales una encuesta interna a trabajadores júnior de la banca de inversión de esta entidad en la que reportaban condiciones “inhumanas”, con jornadas de entre 100 y 120 horas semanales, falta de sueño y depresión, tras lo que la dirección de la empresa decidió concederles el sábado como día de descanso.
Goldman Sachs se suma ahora a una mejora en la compensación que ya han anunciado sus rivales JPMorgan Chase, Citigroup y Morgan Stanley para los recién contratados, quienes por primera vez cobrarán salarios de seis cifras, y otras medidas como declarar un día semanal libre de Zoom o regalar las exclusivas bicicletas estáticas de Peloton.
La firma dirigida por David Solomon supera los aumentos de salario ofrecidos por las otras grandes financieras, lo que podría forzar a que estas eleven sus condiciones para mantenerse competitivas en un momento en el que encuentran dificultades para contratar y también están intentando retener a sus trabajadores con más experiencia.
Las denuncias de las condiciones de trabajo en la base de la pirámide de este sector generaron polémica sobre todo por el contraste con los salarios de sus cúpulas ejecutivas y los multimillonarios beneficios que presentan las empresas financieras trimestre tras trimestre, impulsadas por un mayor volumen de inversores y fusiones durante la pandemia.
En el primer semestre del 2021, Goldman Sachs reveló unos beneficios netos de US$ 12,322 millones, un 677% más que en el mismo periodo del año, mientras que JPMorgan, el mayor banco por activos de Estados Unidos, ganó US$ 26,248 millones, un 248% más respecto a esa época que se vio afectada por la irrupción del COVID-19.