Las autoridades de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos se han alineado en torno a los planes para acelerar el ritmo de las alzas de las tasas de interés este año, pero siguen divididos sobre dónde detenerse para evitar arrastrar a la economía a una recesión.
Ese debate apenas comienza, aunque se volverá más crítico este verano boreal a medida que los integrantes del banco central evalúen qué tan rápido sus aumentos iniciales de tasas hacen que los hogares y las empresas reduzcan el gasto y si eso, a su vez, reduce el ritmo de la inflación que está en niveles no vistos desde la década de 1980.
Un aumento reciente de las tasas de interés a largo plazo ha hecho poco para mejorar las perspectivas de inflación y dejó a la Fed en una coyuntura riesgosa, dividida entre un ritmo aún más agresivo de aumentos de tasas que puede hacer retroceder a la economía, o moverse demasiado lentamente y permitir que se arraigue una psicología inflacionaria.
“En última instancia, se trata de tomar una decisión ‘este es un camino que parece consistente (con el control de la inflación)’... O juzgar que no es el caso”, dijo la semana pasada el jefe de la Fed de Chicago, Charles Evans, al describir las dificultades que anticipan las autoridades para determinar qué tan altas podrían llegar las tasas para que la inflación vuelva a estar en línea con el objetivo del 2%. “Es una pregunta diabólicamente difícil”, agregó.
La expansión económica actual depende de que los integrantes de la Fed lleguen a la respuesta correcta, y no todos creen que lo harán.
El exsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, quien ha argumentado enérgicamente que la Fed esperó demasiado para responder a los aumentos de precios, escribió recientemente que una inflación tan alta (6.4% según la medida preferida de la Fed) junto con un bajo desempleo hacen probable una recesión dentro de dos años.
“Debate muy importante”
La Fed dará el siguiente paso en su reunión de política monetaria durante una reunión del 3 al 4 de mayo, cuando se espera que suba la tasa de política monetaria objetivo medio punto porcentual.
Incluso las autoridades más moderadas, entre ellas Evans, ahora están de acuerdo en que se necesitan incrementos más allá del familiar cuarto de punto por reunión, dada la fortaleza de la inflación. También se unieron en torno a un aumento general de la tasa de fondos federales a por lo menos 2.5% para fin de año desde cerca del cero establecido para combatir la breve pero profunda recesión causada por la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, puede que no sea suficiente. Analistas señalan que los períodos de alta inflación pueden generar su propio impulso, elevando el nivel efectivo de las tasas necesarias para mitigar los aumentos de precios.
La tasa en la que las alzas del costo del crédito influyen significativamente en la economía “podría ser más alta de lo que sería de otro modo debido a lo que está pasando con la inflación, y eso es en parte lo que los está impulsando a sentirse más cómodos con subir más y más rápido”, señaló Robert Dent, economista de Nomura Research. “Es un debate muy importante que recibirá más atención de la Fed en los próximos seis meses”.
En su última reunión en marzo, el rango de tasas proyectado por las autoridades de la Fed como apropiado para fines del 2023 fue de 2.1% a 3.6%, una brecha enorme que refleja los riesgos en torno a la pandemia, la guerra de Ucrania y otras fuerzas en gran medida incontrolables, pero también señala la incertidumbre sobre cómo las empresas y los consumidores podrían reaccionar ante mayores costos de endeudamiento.
Los mercados bursátiles se han visto sacudidos por la volatilidad de los últimos días en parte, dijeron economistas del Bank of America en un análisis, porque el margen para las posibles rutas de política monetaria de la Fed es actualmente muy amplio, con contratos de opciones que indican que la tasa de interés podría ubicarse en cualquier punto entre 2% y 4.5% en los próximos dos años.
Encontrando un punto “neutral”
Al debatir la política monetaria, los miembros de la Fed usan un concepto conocido como tasa de interés “neutral” o “natural” para juzgar si la tasa que establecen para los préstamos a un día entre bancos, una figura clave que influye en los costos de los préstamos de manera más amplia, alienta o desalienta la actividad económica.
A largo plazo, es la tasa que se considera que equilibra la economía en varios frentes mientras mantiene el pleno empleo, la inflación en el objetivo de la Fed y la producción crece a una tasa consistente con la productividad subyacente, la demografía y otras tendencias.
Las autoridades de la Fed actualmente estiman que la tasa neutral es de alrededor de 2.4% y se han comprometido como grupo a alcanzar ese nivel “rápidamente”, en uno de los cambios de política monetaria más rápidos jamás realizados por el banco central estadounidense.
Sin embargo, si las próximas semanas o meses se desvían del panorama de referencia de la Fed, si los consumidores modifican sus gastos o las empresas comienzan a establecer salarios y precios de manera diferente a lo anticipado porque sus propias expectativas o preferencias han cambiado, es posible que tengan que ser más agresivos.
Los mercados ya están apostando a que lo harán. El jueves, los contratos de futuros vinculados a la tasa de política monetaria de la Fed reflejaron apuestas abrumadoras sobre el endurecimiento de la tasa de interés referencial más rápido en décadas, con los operadores estimando un camino que colocaría las tasas a corto plazo en ese rango divisorio de 2.25%-2.5% en setiembre.
Como concepto a corto plazo, “neutral” puede haber subido debido a la misma dinámica de inflación que la Fed está tratando de combatir, lo que podría obligar al banco central a ponerse al día. Algunos, como el jefe de la Fed de St. Louis, James Bullard, dicen que, de hecho, ya están “atrasados” y es posible que deban mover las tasas más rápido y más de lo planeado.
“Muro de preocupaciones”
Los representantes de la Fed quieren mantener la recuperación en marcha y evitar, en particular, un gran salto en el desempleo desde el actual 3.6%, posiblemente el mercado laboral más fuerte desde la década de 1950.
Sin embargo, eso significa que necesitan contener algunos de los extremos de la economía actual, ya sea el aumento de 35% en los precios medios de la vivienda durante la pandemia o los aumentos salariales que el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha calificado como “insosteniblemente calientes”.
Los datos de inflación de esta semana mostrarán si se está logrando algún avance, y el reporte de empleo de abril que se publicará la próxima semana proporcionará una actualización sobre el crecimiento de los salarios.
Existe cierta evidencia inicial de que el mercado de la vivienda está comenzando a enfriarse, en un momento en que las tasas hipotecarias superan el 5%, en comparación con alrededor del 3% del año pasado.