El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aseguró a los estadounidenses que los encargados de la política monetaria harán lo que sea necesario para frenar el aumento de la inflación, reconociendo que esto podría causar “algo de dolor”, ya que el banco central de Estados Unidos implementó su política de ajuste más poderosa en décadas.
El miércoles, la Fed elevó las tasas de interés en 50 puntos básicos por primera vez desde el 2000 y Powell dijo que había medidas similares sobre la mesa para junio y julio. Aun así, los inversionistas se animaron debido a que Powell también descartó un aumento mayor, de 75 puntos básicos, y las acciones experimentaron el mayor rally registrado en un día de reunión de la Fed en una década.
“Me gustaría aprovechar esta oportunidad para hablarle directamente al pueblo estadounidense”, dijo Powell al comienzo de una conferencia de prensa posterior a la reunión en Washington, celebrada en persona por primera vez desde que comenzó la pandemia. “La inflación es demasiado alta y entendemos las dificultades que está causando, y nos estamos moviendo rápidamente para reducirla”.
Los funcionarios de la Fed, que también decidieron comenzar a reducir sus tenencias de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas el próximo mes, están tratando de frenar la inflación más alta desde principios de la década de 1980, cuando el entonces presidente del banco central, Paul Volcker, subió drásticamente las tasas y aplastó la economía en el proceso.
La esperanza de la Fed esta vez es que la combinación del aumento de los costos de endeudamiento y la contracción del balance genere un aterrizaje suave que evite la recesión y reduzca la inflación, aunque Powell insinuó que esto podría no ser posible sin perjudicar el crecimiento.
“Sí, puede haber algo de dolor asociado con volver a eso”, dijo Powell. “Pero lo que causaría un gran dolor sería no lidiar con la inflación y permitir que se arraigue”.
El jefe de la Fed y sus colegas se han enfrentado a crecientes críticas por su lentitud en hacer frente a la inflación, que en marzo alcanzó un máximo de 40 años del 8.5%, según el índice de precios al consumidor del Departamento del Trabajo. Powell dijo el miércoles que el banco central se ha ido adaptando a medida que cambian los datos y seguirá haciéndolo.
Powell indicó que los aumentos de medio punto estaban sobre la mesa para las próximas dos reuniones de política y sugirió que los funcionarios podrían retomar su ritmo de aumento de un cuarto de punto a partir de setiembre, siempre que las presiones de los precios mostraran signos de enfriamiento. Los funcionarios de la Fed dicen que quieren aumentar las tasas hasta que alcancen un nivel que no acelere ni desacelere la economía, lo que se conoce como tasa neutral.
También dijo que “ciertamente es posible” que la Fed decida con el tiempo que necesitará mover las tasas a niveles que son restrictivos para la economía.
“Si se requieren tasas más altas, no dudaremos en entregarlas”, dijo Powell, aunque señaló que había un “amplio rango de niveles plausibles de neutralidad”, que los funcionarios estimaron en marzo entre 2% y 3%.
Pero Powell señaló que no se está considerando “activamente” un aumento de 75 puntos básicos, lo que provocó que las acciones subieran y que algunos observadores de la Fed se preguntaran si había cometido un error de comunicación dado que el banco central probablemente agradecería un endurecimiento de las condiciones financieras.
“Es muy inusual que un presidente de la Fed descarte una opción de política, especialmente en un momento en que está tan concentrado en la inflación y hay tanta incertidumbre sobre los precios”, señalaron en una nota a los clientes Roberto Perli y Benson Durham de Piper Sandler & Co., y agregaron que es posible que Powell no haya tenido la intención de ser tan drástico como lo escucharon los inversionistas.
La apuesta de Powell es que, al enfriar la demanda con un aumento constante de las tasas de interés, los aumentos de precios se mantendrán bajo control. Pero también es una estrategia arriesgada, y que puede volverse más dramática a medida que avanza el año si la inflación no se estabiliza, dijo Michael de Pass, jefe de tasas lineales en Citadel Securities.