La Fed se ha posicionado para prevenir una recesión y redujo dramáticamente la línea esperada de las tasas de interés en la reunión de marzo del Comité Federal de Mercado Abierto. Si bien dio este paso en la dirección correcta, los formuladores de políticas deben estar preparados para continuar por esta misma línea y recortar las tasas cuando llegue el momento.
La pregunta es: "¿lo harán?". El presidente del banco de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, insiste en que los riesgos de recesión no son elevados. Esto me recuerda que aún queda mucho espacio y que la Fed podría cometer un error de política que podría generar una recesión económica.
Williams dijo en Puerto Rico el viernes: "todavía veo que la probabilidad de una recesión este año o el próximo no es más elevada en relación con cualquier otro año". Dadas las circunstancias, este desdeño de la posibilidad de una recesión parece totalmente despreocupado.
La Fed ha pasado de un pronóstico de alzas en las tasas a cero aumentos en el 2019. Un giro así de drástico en las expectativas únicamente sucede en una economía que se desacelera a un ritmo tal que no se puede obviar la posibilidad de una recesión. En sí, esta situación sugiere probabilidades elevadas de una recesión, en comparación con un año atrás.
La inversión de la curva de rendimiento de los valores del Tesoro también es una alerta roja. Sin embargo, no lo es para Williams quien dice que "hay muchas razones para pensar que ha sido un pronosticador de recesiones en el pasado por razones que ya no aplican hoy en día".
En otras palabras, Williams considera que esta vez las cosas son diferentes. En contraste, los economistas de la Fed de San Francisco, a quienes lideró entre el 2011 y 2019, dicen que el margen entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a tres meses y a diez años es el indicador de recesión más confiable, y concluyen que no existe evidencia alguna de que "esta vez es diferente".
Williams no es el único que rechaza las altas probabilidades de recesión. James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis, también considera que es muy pronto para pensar sobre un recorte de las tasas y preferiría ir analizando los datos a medida que van ingresando. Con comentarios como éstos de parte de Williams y Bullard, puedo vislumbrar por dónde la economía caería en una zona de peligro.
Éste es el problema: si la Fed desea mantener esta expansión activa, deben prepararse ante tasas más bajas antes de que los datos reflejen un giro hacia abajo. Sin embargo, los datos podrían retrasar cualquier recorta hasta después de que sea evidente una recesión. Este riesgo sigue presente a pesar del nuevo tono suave de la Fed.
Recordemos que la inversión de la curva de rendimiento ha sido un indicador principal durante mucho tiempo. Esto significa que, por ahora, los datos continuarán indicando que la economía está en crecimiento.Además, la Fed podría posponer una rebaja de la tasa para mostrar su independencia, en respuesta a la presión que ejerce la administración Trump sobre una política más suave.
El presidente Donald Trump culpó a la Fed y el alza de las tasas, de la perspectiva de un crecimiento más lento. Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional, justo solicitó un recorte de la tasa en 50 puntos básicos. El último aumento de tasa en diciembre dejó a la Fed en una mala situación, tanto a nivel económico como político.
Mi perspectiva usualmente optimista depende del polémico deseo que tiene la Fed de eliminar la posibilidad de una recesión. Dieron grandes pasos en esta dirección tras el estímulo de las tasas en diciembre, cuando se movieron hacia una posición paciente, dando así señales de que probablemente estamos en el pico de este ciclo y que no pretenden una política monetaria restrictiva.
Así las cosas, aún existe la posibilidad de un error de política y deberíamos estar atentos a señales que indiquen que la Fed quiere obtener evidencia bastante concluyente de debilidad económica antes de recortar las tasas. No obstante, para ese entonces, podría ser ya muy tarde para mantener la próxima recesión a raya.
Por Tim Duy