(Foto: Reuters)
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Pese al esfuerzo de por atajar la desinformación política antes de las elecciones de, los anuncios falsos y engañosos siguen circulando debido a fallos técnicos, lagunas y lo que los críticos tildan de débil aplicación de las propias políticas del gigante de las redes sociales.

Estos problemas fueron subrayados en los últimos días después de que se revelara que anuncios engañosos, desmontados ya por verificadores independientes, estaban siendo publicados de nuevo, compartidos y dirigidos a votantes específicos, incluso después de haber sido prohibidos por Facebook.

La compañía reconoció el lunes que algunos de estos anuncios vetados habían vuelto a ser publicados y comenzó a eliminarlos tras las informaciones de un artículo del citando una investigación del Observatorio de Publicidad de la New York University.

Algunos de los anuncios -procedentes de grupos que apoyan al presidente Donald Trump y con datos falsos sobre el candidato demócrata, Joe Biden- fueron compartidos más de tres millones de ocasiones en Facebook, según Laura Edelson, investigadora en el NYU group.

En ciertas ocasiones eran difundidos por terceras partes, “pero en algunos casos vimos al mismo grupo republicando el mismo anuncio”, indicó Edelson.

Esto ocurría porque Facebook desactivó algunos anuncios específicos pero no consiguió bloquear otros derivados con el mismo contenido.

“Facebook no autorizará a que circule uno idéntico, pero alguien puede recrearlo”, afirmó.

Para Edelson, esto deja ver que Facebook no es suficientemente agresivo aplicando su propia política: “No es técnicamente complicado evitar que se publique el mismo contenido”.

La plataforma, de su lado, anunció que había comenzado a retirar los anuncios republicados después del artículo del Wall Street Journal este fin de semana.

Estos mensajes estaban siendo difundidos por el grupo conservador American Principles Project, y contenían informaciones falsas sobre Biden, como que apoya a la organización Antifa de extrema izquierda o que está a favor de las operaciones de cambio de sexo para niños.

“Cuando un verificador pone una reseña en un anuncio, lo etiquetamos y degradamos retirándole el estatuto de publicidad, y eso vale para el total de las evaluaciones”, indicó un portavoz de Facebook.

“Estamos verificando esos anuncios y actuamos contra los que violan nuestras reglas, mientras tratamos de mejorar cómo encontrar anuncios similares a los que ya fueron evaluados”, añadió.

Aluvión

Bret Schafer, investigador de la organización sin ánimo de lucro Alliance for Securing Democracy, afirmó que Facebook realizó considerables esfuerzos para acabar con esas lagunas pero no fueron suficientes para atajar el flujo de información engañosa y desinformación.

El primer concepto suele describir la difusión -accidental o no- de información falsa, mientras que “desinformación” es normalmente la información engañosa deliberada.

“Los agentes nocivos pueden ser muy creativos en cómo sortear las restricciones”, explicó Schafer.

“La moderación humana y automatizada de Facebook no puede hacer frente al volumen y las formas que los agentes están tratando de sortear las restricciones”.

La semana pasada, Facebook vivió un complicado inicio de su iniciativa para prohibir nuevos mensajes políticos una semana antes de las elecciones de este martes, con el objetivo de evitar que falsedades de última hora se hicieran virales. Ambos partidos rivales se quejaron de la aparición de nuevos anuncios de este tipo, pese a la medida.

El jefe de producto de Facebook, Rob Leathern, reconoció que algunos anuncios fueron “pausados incorrectamente” y que ciertos anunciantes experimentaban problemas al modificar sus campañas.

“Estamos trabajando rápido en esos arreglos”, afirmó Leathern la semana pasada.

¿Como en el 2016?

Los problemas de cumplimiento de Facebook llegan en pleno esfuerzo de la plataforma para limitar el tipo manipulación vista en el 2016, cuando entidades extranjeras difundieron informaciones falsas para influir en las elecciones.

Facebook lanzó docenas de acuerdos de verificación de información, incluyendo con la AFP, dirigidos a limitar la difusión de engaños y rumores.

“Desmentimos una conspiración y ya tenemos otras diez apareciendo en su lugar. Creo, sin embargo, que esta es la naturaleza de este trabajo y no resulta sorprendente que los agentes nocivos estén tratando de encontrar los puntos débiles o lagunas en el programa de verificación de información de Facebook”, valoró Aaron Sharockman, director ejecutivo de PolitiFact, uno de los socios de la plataforma.

El presidente de Media Matters', Angelo Carusone, recordó de su lado que el grupo de vigilancia ya había advertido de los agujeros en las políticas de Facebook que dejan fluir la desinformación.

“Ahora estamos viendo cómo esas alertas se hacen realidad”, afirmó Carusone la semana pasada. Aunque, para Edelson, los problemas actuales son diferentes a los del 2016.

“Hace cuatro años había una pequeña cantidad de actores nocivos responsables de la mayoría de desinformación”, afirmó. “Ahora hay muchos anunciantes que miran al 2016 y la ven como una buena estrategia”.

Para Schafer, en el 2016, “mucha gente fue sorprendida con la guardia baja” por la extendida desinformación y circulación de información engañosa. Hoy, sin embargo, “estamos mejor preparados como sociedad, pero no estamos ni cerca del nivel de inoculación. Por eso todavía puede tener un impacto”, alertó.