El banco central de Estados Unidos ha intensificado las acciones para permitir que la economía continúe funcionando, en tanto las medidas de confinamiento se han generalizado en el país desde mediados de marzo. (Foto: Reuters)
El banco central de Estados Unidos ha intensificado las acciones para permitir que la economía continúe funcionando, en tanto las medidas de confinamiento se han generalizado en el país desde mediados de marzo. (Foto: Reuters)

En pleno recrudecimiento de la pandemia en Estados Unidos, y mientras republicanos y demócratas negocian en el Congreso un nuevo paquete de estímulo, la Reserva Federal (Fed) finaliza su reunión monetaria el miércoles, tras la que se espera una declaración de apoyo firme para recuperar la economía estadounidense.

Pero no se espera ningún otro anuncio específico tras la reunión, que comenzó el martes por la mañana y culminará con un comunicado y una conferencia de prensa de su presidente, .

Un número creciente de casos de COVID-19 y nuevas medidas de confinamiento plantean desafíos, y la Fed está lista para subrayar su compromiso de hacer más para mantener el camino de la recuperación”, resume James Knightley, jefe economista internacional de ING, en una nota.

El banco central de Estados Unidos ha intensificado las acciones para permitir que la economía continúe funcionando, en tanto las medidas de confinamiento se han generalizado en el país desde mediados de marzo.

Desde entonces, sus funcionarios han asegurado reiteradamente que la institución está dispuesta a implementar todas las medidas necesarias.

Las tasas, que a mediados de marzo fueron reducidas a un rango de 0% a 0.25% ante la implementación de medidas de confinamiento masivo, no deberían modificarse.

La institución quiere mantenerlas así hasta que la economía salga de la crisis, y sus funcionarios creen que las tasas negativas, la opción elegida por Japón o Reino Unido, no se adecúan a Estados Unidos.

Los miembros del Comité Monetario probablemente mencionen la importancia del apoyo financiero brindado por el gobierno federal a los hogares y las empresas.

Los congresistas demócratas y republicanos han comenzado a negociar un nuevo plan de ayuda de US$ 1 billón y las discusiones se anuncian tensas a menos de 100 días de las elecciones presidenciales.

La Fed anunció que extenderá hasta el 31 de diciembre varios programas de préstamos establecidos para ayudar a empresas y distintos sectores a hacer frente a la crisis, y que estaban originalmente pensados para culminar “alrededor del 30 de setiembre”.

“El cambio está llegando”

Tras un período de optimismo debido al reinicio de la actividad económica en varios estados, la pandemia cobró nuevos bríos en Estados Unidos, el país más afligido del mundo con más de 148,000 muertes y 4.3 millones de casos.

La situación es particularmente preocupante en California, Florida y Texas, donde las autoridades se han visto obligadas a restablecer las medidas de confinamiento en distintos grados.

Los despidos de empleados antiguos desde finales de marzo, o incluso de recién contratados, desbordaron las solicitudes de subsidios por desempleo a mediados de julio, por primera vez desde el inicio de la crisis.

No prevemos ningún cambio importante porque lo más probable es que el comité opte por esperar a la reunión de setiembre”, durante la cual la Fed actualizará sus proyecciones económicas, anticipa Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM US, en una nota.

Pero “el cambio está llegando a la Fed y esperamos que la reunión de julio inicie dos meses de acaloradas discusiones sobre la orientación de la política monetaria y las tasas de interés en los próximos años”, agrega.

La Fed hará hincapié en la incertidumbre de los pronósticos”, pero “no cambiará la política”, según Mickey Levy, economista jefe de Berenberg Markets, consultado por AFP.

Sin embargo, el banco central de Estados Unidos podría aprovechar esta reunión para “introducir flexibilidad en la meta de inflación del 2%”.

La Fed apunta a un objetivo de inflación del 2%, al igual que el Banco Central Europeo.

Porque si bien los consumidores temen la inflación, los economistas temen la deflación aún más, que reduce los salarios (los aumentos anuales se indexan a ella) y, por lo tanto, reduce la demanda, amenazando con meter a la economía en un círculo vicioso de depresión.

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