(Foto: Difusión)
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Para muchas personas, por primera vez en dos años, los sitios de trabajo en Estados Unidos están transformándose en algo que se asemeja a lo que solían ser antes de la pandemia de coronavirus.

Tyson Foods anunció el martes que eliminaría el requisito de uso de mascarillas en algunas instalaciones para sus empleados que estén vacunados. Walmart y Amazon, el primer y segundo empleadores privados más grandes de Estados Unidos respectivamente, ya no pedirán a sus trabajadores vacunados que porten mascarillas en las tiendas o en los almacenes, a menos que las leyes locales o estatales lo requieran.

Las compañías tecnológicas como Microsoft y Facebook que habían permitido a sus empleados trabajar de forma totalmente remota, están fijando ahora fechas obligatorias para volver a la oficina después de una serie de tropezones.

“Ha habido una fuerte disminución de casos de COVID-19 en todo el país en las últimas semanas”, informó Amazon a sus trabajadores en un memorándum. “Junto con el aumento en las tasas de vacunación del país, esta es una señal positiva de que podemos volver a las operaciones habituales”.

Microsoft, con sede en Redmond, Washington, anunció el lunes planes para reabrir sus edificios de la costa oeste el 28 de febrero con una mezcla de trabajo en casa y en la oficina. Meta Platforms, la empresa matriz de Facebook y la cual había planeado el regreso a la oficina para el 31 de enero, ahora pedirá que sus empleados regresen el 28 de marzo, con una prueba de que recibieron su dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19.

Se trata de un cambio radical con respecto a lo que ocurría hace unas semanas, cuando la variante ómicron del coronavirus estaba en su punto máximo, provocando que las compañías endurecieran los requisitos de uso de mascarillas e implementaran revisiones de salud diarias al tiempo que postergaron los planes para el regreso a las oficinas.

Desde entonces, Estados Unidos ha registrado una fuerte caída en las cifras de infecciones y hospitalizaciones por COVID-19. Los casos han disminuido de los 455,000 al día que se reportaban hace dos semanas a unos 150,000 registrados el lunes.

Las hospitalizaciones por COVID-19 han bajado 45% respecto al punto máximo reportado hace un mes, y actualmente están en niveles similares a cuando el país salía del repunte provocado por la variante delta en septiembre. Y cerca del 65% de los estadounidenses están completamente vacunados.

“Creo que estamos en una situación mucho mejor a la de hace seis meses, o un año”, comentó Jeff Levin-Scherz, ejecutivo de la práctica de salud de la consultora Willis Towers Watson. “En cierta forma, estamos mejor protegidos que en cualquier momento del pasado. Pero la nueva normalidad no va a ser la antigua. Será algo diferente”, añadió.

Sin embargo, muchos empleados deberán seguir usando mascarillas en la oficina y someterse a pruebas de manera regular. Los trabajadores de primera línea, como los dependientes de tiendas y el personal de restaurantes, que ya van a los sitios de trabajo, tendrán que adaptarse a colegas y clientes que no portarán mascarillas, les guste o no.

También están las viejas realidades de las rutinas anteriores a la pandemia: Lidiar con el tránsito de hora pico, volver a ponerse ropa más elegante y trabajar junto a compañeros por primera vez en dos años.

Megan Chichester, una artista gráfica de 48 años de edad que trabaja en una compañía de empaquetado en De Soto, Kansas, recibió el aviso de que deberá regresar a la oficina en abril. Sólo ha ido a la oficina un par de veces desde que empezó la pandemia.

“Estoy emocionada de ver a la gente en persona porque la he extrañado”, comentó. “Pero, por otra parte, es un poco extraño porque estoy muy acostumbrada a no estar cerca de la gente y eso me genera un poco de ansiedad”.