El rápido aumento de las infecciones por ómicron, detectado por primera vez el mes pasado y que ahora representa el 73% de los casos en Estados Unidos, ha vuelto a traer confusión y preocupación en torno a los viajes navideños. (Foto: Reuters)
El rápido aumento de las infecciones por ómicron, detectado por primera vez el mes pasado y que ahora representa el 73% de los casos en Estados Unidos, ha vuelto a traer confusión y preocupación en torno a los viajes navideños. (Foto: Reuters)

Los estadounidenses se enfrentan a una segunda Navidad de planes festivos alterados, con un aumento de las infecciones por COVID-19 alimentado por la variante ómicron, ahora dominante, que obliga a algunas personas a cancelar sus viajes y a plantearse si es seguro visitar a sus seres queridos.

Carmen Rivera y su prometida Jasmine Maisonet tomaron la dolorosa decisión de cancelar sus vuelos para visitar a su familia en Florida y Puerto Rico después de que Maisonet estuviera expuesta a un compañero de trabajo infectado y diera positivo en la prueba de COVID-19.

Rivera, recién elegida concejal en Renton, Washington, no ha visto a su familia en Puerto Rico desde el comienzo de la pandemia. Con la última oleada de COVID-19 infectando incluso a aquellos que se han vacunado y reforzado contra la enfermedad, como Maisonet, Rivera señaló que le dolía pasar otra temporada de vacaciones en aislamiento.

“Creíamos que estábamos a salvo, nos lavábamos las manos, nos desinfectábamos, nos vacunábamos, nos poníamos mascarilla... Creemos en la ciencia”, manifestó Rivera.

El rápido aumento de las infecciones por ómicron, detectado por primera vez el mes pasado y que ahora representa el 73% de los casos en Estados Unidos, ha vuelto a traer confusión y preocupación en torno a los viajes navideños.

Muchos estadounidenses acudieron en masa a los centros de test de COVID-19 o se apresuraron a hacerse las pruebas en casa esta semana para asegurarse de que el resultado fuera negativo antes de ir a ver a sus familiares.

Sin embargo, Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, declaró el miércoles a la NBC que el virus representaba este año una amenaza menor que el año pasado debido a los avances en las vacunas y la comprensión científica del virus.

“Estamos en un lugar muy diferente al de hace un año. Tenemos vacunas, tenemos refuerzos y tenemos toda la ciencia que demuestra que la prevención, las intervenciones como las mascarillas en lugares cerrados funcionan para mitigar la propagación de este virus”, dijo.

El presidente Joe Biden declaró el martes que las personas vacunadas deben tomar precauciones, pero que se sientan cómodas celebrando las fiestas con la familia y viajando como tenían previsto, a pesar de la oleada de ómicron.

Lori Eves, agente de seguros de Long Island, consideró el riesgo y se negó a que ómicron arruinara su viaje a París con su madre jubilada este mes. Las dos mujeres tuvieron el Palacio de Versalles casi para ellas solas el viernes.

“No estoy realmente preocupada”, dijo Eves, de 42 años, mientras hacía un recorrido por el palacio a las afueras de la capital francesa. “Las dos estamos vacunadas y con refuerzo, y la verdad es que nos sentimos seguras”.

Las empresas de viajes apuestan por que los estadounidenses vacunados cumplirán sus planes y han mantenido una perspectiva optimista sobre la temporada de vacaciones de este año, aprovechando el impulso del repunte de los viajes en Estados Unidos durante el Día de Acción de Gracias.

La Asociación Estadounidense del Automóvil estima que 109 millones de estadounidenses saldrán a la carretera, se subirán a un avión o viajarán más de 80 kilómetros entre el 23 de diciembre y el 2 de enero, lo que supone un aumento de 34% respecto al 2020, según un comunicado de la AAA.

Sin embargo, la portavoz de la AAA, Ellen Edmonds, señaló que esa estimación fue recopilada antes del 14 de diciembre, y que el pico de casos que se ha producido desde entonces podría provocar cancelaciones.