Reguladores estadounidenses exhortaron a la farmacéutica Pfizer a que solicite autorización de emergencia para su vacuna de dos dosis contra el COVID-19 para niños de entre seis meses y cinco años, mientras espera los resultados correspondientes al tratamiento de tres inyecciones, informó a The Associated Press una fuente enterada del asunto.
Se prevé que la compañía entregue su solicitud este martes.
Datos preliminares de Pfizer indican que la vacuna para niños —que tiene una décima de la potencia de la aplicada a adultos— es inocua y provoca una respuesta inmunológica. Pero el año pasado Pfizer anunció que el tratamiento dos dosis resulta menos eficaz en niños de entre dos y cinco años, y los reguladores animaron a la empresa a añadir otra dosis al estudio, pensando que ello incrementaría la eficacia de la vacuna.
Ahora la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está animando a la compañía a introducir su solicitud con base en los datos de las dos dosis, para una posible aprobación este mes, y luego volver para otra autorización una vez que tenga los datos sobre las tres dosis, lo que probablemente ocurrirá en marzo, dijo la fuente.
Esa autorización en dos fases podría permitir la vacunación de niños pequeños más de un mes antes de lo previsto, siempre y cuando lo aprueben la FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La fuente habló a condición de anonimato al no estar autorizada para hablar del tema.
Este proceso sería una buena noticia para los padres de niños pequeños, el último grupo que falta para tener vacunas contra el COVID-19 aprobadas en Estados Unidos.
Los niños que llegan a enfermarse de COVID-19 por lo general tienen síntomas leves, pero los casos graves entre ese grupo social han ido aumentando a medida que se propaga más la variante ómicron. La mayoría de los casos graves y los decesos ocurren entre los de edad avanzada, particularmente los que no están vacunados.
Acelerar el proceso para las vacunas pediátricas ha sido una prioridad para el gobierno del presidente Joe Biden, que las considera necesarias para mantener abiertas las escuelas y los centros de cuidado infantil, y por ende para permitir que los padres puedan regresan a sus trabajos.