La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos no ha afirmado que la farmacéutica Pfizer mintiera sobre la seguridad de su vacuna contra el COVID-19 ni ha advertido de que sea más peligrosa que otras y cause muertes, como sostienen mensajes difundidos en redes sociales.
Circulan estos días en redes y en canales de Telegram publicaciones que atribuyen a directivos de la FDA la afirmación de que Pfizer les engañó sobre la seguridad de su vacuna y, en realidad, es “71 veces más peligrosa que las vacunas habituales”, de modo que, por cada vida que salva, “mata a dos personas”.
Estos mensajes, que consideran el supuesto reconocimiento de la FDA como un primer paso para prohibir “pronto” las vacunas antiCOVID, basan semejante afirmación en el vídeo de una conferencia del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC) de esta agencia estadounidense, durante la que intervinieron diferentes expertos junto a ciudadanos particulares.
En ese contexto, uno de estos ciudadanos, el empresario Steve Kirsch, alertó sobre los supuestos peligros de las vacunas autorizadas contra el COVID-19, sin acotar sus acusaciones únicamente a la de Pfizer, y aseguró que aumentan el riesgo de mortalidad y de sufrir infartos.
Hechos: En realidad, la FDA no ha cuestionado la seguridad de la vacuna de Pfizer ni de ninguna de los demás autorizadas contra el COVID-19. El autor de las declaraciones es un empresario del sector de las nuevas tecnologías conocido por difundir mensajes falsos sobre las vacunas y no posee relación alguna con la agencia estadounidense, como han confirmado fuentes de este organismo.
La intervención de Kirsch se produjo durante una audiencia abierta de la reunión del comité asesor de la FDA para debatir sobre la administración de una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19.
Aquella parte del evento estaba abierta a todo aquel que “estuviera interesado y se hubiera inscrito”, explican las mismas fuentes, que niegan cualquier vínculo profesional con Kirsch, así como que el empresario haya formado o forme parte del comité de expertos y asesores de la FDA.
Asimismo, la FDA está “totalmente en desacuerdo” con el análisis sobre las vacunas expuesto por Kirsch, ya que “no estaba basado en la ciencia y va en contra de la misión de salud pública de la agencia”.
Muertes no atribuíbles a las vacunas
Durante su intervención, Kirsch basó las afirmaciones sobre la mortalidad que a su juicio causan las vacunas antiCOVID en datos recogidos por el sistema estadounidense para notificar posibles reacciones adversas a las vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, en la propia web del VAERS, el Gobierno estadounidense avisa de que las notificaciones recogidas en este sistema, abierto a la participación de cualquier ciudadano, “no pueden usarse para determinar si una vacuna causó o contribuyó a un evento adverso o enfermedad”, ya que estos reportes “pueden contener información incompleta, inexacta, coincidente o no verificable”.
Las notificaciones en este sistema se corresponden con problemas de salud registrados en personas que han sido vacunadas, pero cuya causa no se ha determinado y no tiene por qué relacionarse necesariamente con las inmunizaciones.
Asimismo, otra de las fuentes aportadas por Kirsch, la web Medalerts.org, es una fuente habitual de desinformación en Estados Unidos: pertenece al National Vaccine Information Center, una conocida organización antivacunas fundada en los años ochenta, que difunde teorías falsas sobre estos fármacos.
Las mismas fuentes de la FDA subrayan que un análisis de la información clínica disponible “no ha establecido una relación causal con las vacunas” e insisten en que los fármacos antiCOVID aprobados para su inoculación “cumplen las rigurosas normas de la agencia en cuanto a seguridad, eficacia y calidad de fabricación”.
De empresario pionero a antivacunas
El empresario Steve Kirsch es el inventor de Infoseek, uno de los primeros motores de búsqueda de Internet, tal como aparece descrito en la web de la Fundación ‘COVID-19 Early Treatment’, de la que es director.
La fundación fue constituida por Kirsch al inicio de la pandemia con el objetivo de estudiar si medicamentos ya existentes podían servir como tratamiento contra el COVID-19.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Kirsch se alineó con postulados antivacunas y llegó a afirmar que estos fármacos podían causar infertilidad.
Una de sus polémicas más sonadas fue cuando se negó a aceptar las conclusiones de un estudio financiado por su propia asociación que determinaba que la hidroxicloroquina no servía como tratamiento contra el COVID-19. Su postura forzó la dimisión de los 12 miembros del comité científico de la asociación.