El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, trató el lunes de tranquilizar a los aliados bálticos de Washington en una visita a la región, en la que escuchó la preocupación de que el presidente ruso Vladimir Putin pueda ir más allá de su invasión de Ucrania para redibujar las fronteras de Europa.
Blinken pasó el fin de semana en los países vecinos de Ucrania, Polonia y Moldavia, antes de visitar Lituania, Letonia y Estonia, miembros de la OTAN que en su día fueron gobernados desde Moscú y que temen poder enfrentarse a una próxima agresión rusa.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, dirigiéndose a Blinken dijo que el líder ruso Vladimir Putin “no se detendrá en Ucrania” y que el mundo tenía la obligación de ayudar a los ucranianos “por todos los medios disponibles”.
“Me refiero, efectivamente, a todos los medios si queremos evitar la Tercera Guerra Mundial. La elección está en nuestras manos”, manifestó.
“La disuasión ya no es suficiente y necesitamos una defensa avanzada aquí porque de lo contrario será demasiado tarde, señor secretario. Putin no se detendrá en Ucrania si no lo detienen”, afirmó Nauseda.
Rusia califica la campaña que lanzó el 24 de febrero como una “operación especial” que, según dice, no está diseñada para ocupar territorio, sino para destruir las capacidades militares de su vecino y capturar a los que considera peligrosos nacionalistas.
Rusia niega haber atacado deliberadamente a civiles.
Antes de partir de Vilnius hacia Riga, dijo que la OTAN estaba revisando continuamente su postura de defensa, incluso estudiando la posibilidad de realizar más despliegues permanentes, como han solicitado los países bálticos.
“Nadie debe dudar de nuestra preparación, nadie debe dudar de nuestra determinación”, indicó Blinken.
El compromiso de Estados Unidos con el artículo 5 de la OTAN, que garantiza la defensa mutua entre los Estados miembros, es “sacrosanto”, añadió Blinken.
Los países de la OTAN han aumentado su presencia en las naciones bálticas y están en camino más tropas y equipos. Unos 400 soldados estadounidenses del Equipo de Combate de la Primera Brigada Blindada llegarán a Lituania en los próximos días, dijo Blinken.
Moscú había intentado socavar la democracia de Lituania y sembrar la polarización entre su población con ciberataques y campañas de desinformación, agregó Blinken.
“Esto se debe a que la sociedad libre, abierta, vibrante y próspera que el pueblo lituano ha construido desde el final de la ocupación soviética, demuestra lo que es posible cuando la gente elige el camino de la democracia en lugar de la autocracia”, decláro Blinken.
Lituania también se unió al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al pedir el lunes un embargo de la energía rusa.
Blinken afirmó el domingo que Estados Unidos y sus aliados europeos estaban estudiando la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso.
“Las fuentes de energía que importamos pagan la operación militar rusa. No podemos pagar el petróleo y el gas con la sangre de Ucrania”, dijo el ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, en una conferencia de prensa conjunta con Blinken.
Sin embargo, el gas ruso no se puede sustituir fácilmente. Noruega, el segundo mayor proveedor de Europa, ya está operando al máximo de su capacidad, y las terminales de GNL existentes en Europa tienen una capacidad limitada para absorber el suministro extra.
El máximo diplomático estadounidense comentó antes al personal de la embajada de Estados Unidos en Vilna que la invasión rusa sobre Ucrania desafiaba los principios básicos diseñados para mantener la paz entre las naciones.
“Es importante que la gente entienda lo que está realmente en juego y que va más allá incluso de Ucrania, más allá incluso de los países bálticos, más allá incluso de Europa”, dijo Blinken.