El Gobierno de Estados Unidos anunció este jueves que ha desembolsado US$ 700,000 millones del paquete de estímulo de US$ 1.9 billones aprobado en marzo pasado.
Así lo reveló el Departamento del Tesoro en un informe publicado con motivo de los seis primeros meses desde la puesta en marcha de ese rescate.
De esa cantidad, unos US$ 450,000 millones fueron destinados a pagos directos a familias y hogares, mientras que US$ 240,00 millones se dedicaron a dar apoyo fiscal a los Gobiernos estatales, locales y tribales para luchar contra la pandemia y acelerar la recuperación económica.
“Si bien nuestra recuperación no ha estado exenta de baches, nunca se garantizó un repunte de esta escala y a esta velocidad”, dijo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un comunicado.
Aun así, advirtió que todavía queda trabajo por hacer para asegurar que la recuperación es “equitativa y fuerte” a largo plazo.
En su informe, el Tesoro recuerda que en enero de este año, antes de que se aprobara el rescate, la economía del país había perdido fuelle: en el cuarto trimestre de 2020 el PBI había caído el 2% anual y la tasa de desempleo era del 6.7%, con un índice de crecimiento de unos 213,000 trabajos al mes de media.
De acuerdo a esos datos, a fecha de hoy, el PBI creció al 6.3% y al 6.6% en el primer y el segundo trimestre del 2021, lo que, según el Tesoro, fue espoleado por la subida del consumo, que ascendió el 11.4% y el 11.9% durante el primer y segundo trimestre de este año.
El documento resalta que unos 3 millones de puestos de trabajo se han creado desde que el rescate fue firmado por el presidente Joe Biden, con una media de creación de empleos de 765,000 durante los últimos tres meses.
Poco después de llegar a la Casa Blanca, Biden ha sorprendió con un agresivo paquete de estímulo fiscal de 1.9 billones de dólares, aprobado por el Congreso.
Actualmente los legisladores negocian un nuevo plan de US$ 3.5 billones para incrementar el gasto en sanidad, el cuidado de menores y ancianos, educación y el cambio climático, entre otros ámbitos, que Biden denomina “infraestructura humana”.
A este paquete se suma otro de US$ 1.2 billón, que ha recibido luz verde en el Senado, y que debe ser ahora aprobado por la Cámara Baja, más centrado en infraestructuras físicas.