Los reguladores de seguridad aérea de Estados Unidos han comunicado a Boeing Co. que consideran incompleta la documentación que presentó para obtener la aprobación destinada a reanudar las entregas de su 787 a las aerolíneas después de un año, dijeron dos fuentes cercanas al asunto.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) identificó una serie de omisiones en la documentación de Boeing, presentada a finales de abril, y ha devuelto parte al fabricante de aviones, dijo una de las fuentes.
Una segunda persona dijo que era demasiado pronto para decir si las preocupaciones de la FAA conducirían a un nuevo retraso de las entregas, que fueron suspendidas durante el último año por los defectos de producción.
El presidente ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, había destacado la presentación en una conferencia telefónica sobre los resultados de la compañía del 27 de abril, calificándola como un “paso muy importante” y diciendo que estaba preparando los primeros 787 para su entrega, aunque no dio una fecha.
Personas informadas del asunto dicen que la presentación se hizo poco antes de la convocatoria.
Un portavoz de Boeing dijo que la compañía sigue manteniendo un diálogo transparente y trabajando estrechamente con la FAA en los pasos restantes.
Un portavoz de la FAA no quiso dar más detalles y se limitó a decir que “la seguridad impone el ritmo de nuestras revisiones”.
La liquidación de las existencias de los Dreamliners y de los 737 MAX, los aviones más vendidos, es vital para que el fabricante de aviones estadounidense pueda superar la pandemia y la crisis de seguridad de los aviones, una tarea complicada por los cuellos de botella en la cadena de suministro y la guerra en Ucrania.
Las entregas del 787 han estado detenidas durante un año mientras Boeing realiza inspecciones y reparaciones, un problema industrial que se espera que le cueste unos US$ 5,500 millones.
Boeing tiene más de 100 de estos avanzados aviones de doble pasillo aparcados en su inventario, por un valor de unos US$ 12,500 millones.