Brianna Lombardozzi tiene por fin sus finanzas en un punto en el que podría ser capaz de comprarse una casa, pero no se siente muy segura de sus posibilidades.
Lombardozzi, de 37 años, utilizó sus cheques de estímulo federal y otros ahorros acumulados durante la pandemia para pagar la mayor parte de la deuda de su tarjeta de crédito, una medida que ayudó a que su puntuación crediticia aumentara en casi 100 puntos.
No obstante, la competencia es intensa para las viviendas de su rango de precios, entre US$ 175,000 y US$ 225,000, en Central, Carolina del Sur, y en el último mes le han rechazado cuatro ofertas. Ahora que las tasas de interés de las hipotecas están subiendo, no sabe si encontrará una propiedad asequible antes de que termine su contrato de alquiler a finales de mayo.
“Ahora mismo me siento un poco derrotada”, dice Lombardozzi, que trabaja en una universidad local.
Mientras los precios de la vivienda se disparan, la asequibilidad de la misma se hunde a los niveles más bajos desde el 2008 y los que compran por primera vez -que no se han beneficiado del aumento del valor de la vivienda y que también están haciendo frente a un alza en los alquileres- se están viendo presionados.
Los compradores por primera vez representaron el 27% de las ventas de viviendas existentes en enero, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR, por sus siglas en inglés), cerca de los niveles del 2014.
Con las tasas hipotecarias por encima de 4%, las más altas en unos tres años -y se espera que sigan subiendo-, los compradores con presupuestos ajustados pueden tener aún más dificultades para encontrar viviendas que puedan pagar.
La demanda de viviendas se disparó durante la pandemia, ya que los compradores aprovecharon las bajas tasas hipotecarias y los trabajadores en remoto buscaron más espacio para vivir.
Algunas personas, como Lombardozzi, ahorraron el dinero que normalmente habrían gastado en viajes o cenas fuera de casa mientras gran parte de la economía estaba parada, lo que les dejó más dinero en efectivo para invertir potencialmente en una vivienda.
Al mismo tiempo, el número de viviendas en venta se redujo, ya que algunos propietarios decidieron no moverse por la incertidumbre, mientras que las disrupciones de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra frenaron la construcción de nuevas viviendas.
Aunque algunos desequilibrios están disminuyendo, la oferta de viviendas en venta a fines de enero se encontraba en un mínimo histórico, suficiente solo para durar 1.6 meses, según datos de la NAR. Esto está obligando a los compradores a competir por una oferta limitada y a elevar los precios.
A finales del 2021, la asequibilidad de la vivienda cayó a los niveles más bajos desde noviembre del 2008 y los hogares con ingresos promedio necesitaban gastar casi el 33% de sus ingresos para pagar una casa de precio medio, según la Reserva Federal de Atlanta.
En general, se considera que la vivienda es asequible cuando los hogares no gastan más del 30% de sus ingresos en ella.
La asequibilidad puede verse aún más afectada por el aumento de las tasas hipotecarias. Algunas personas que habían sido preaprobadas para una hipoteca pueden encontrar que ya no califican para la misma cantidad máxima de préstamo tras un alza de las tasas, dijo Jennifer Beeston, directiva de Guaranteed Rate, un prestamista hipotecario.
Los compradores de primera vivienda buscan competir con las ofertas de dinero en efectivo, incluidas las de inversores institucionales como los fondos de capital privado, que están ocupando una mayor parte de las compras y son consideradas menos arriesgadas por los vendedores, según los analistas.
Las compras en efectivo representaron el 27% de las ventas en enero, frente al 19% del año anterior, según la NAR.
Y algunos nuevos compradores están siendo superados por personas con suficiente dinero en efectivo para pagar por encima de lo que un banquero hipotecario está dispuesto a prestar, basándose en el valor de tasación de la casa, afirmó Erica Barraza, corredora de bienes raíces en el área de Seattle.
Muchos posibles compradores se encuentran con que tienen que aumentar su presupuesto o rebajar sus exigencias para tener una oportunidad de ganar la puja. También deben actuar con rapidez, viendo las casas el mismo día que salen al mercado y haciendo ofertas en un día, o minutos después de la visita.