Estados Unidos está dispuesto a relajar la presión económica sobre Venezuela dependiendo del resultado de las próximas conversaciones entre el presidente Nicolás Maduro y la oposición, según un alto funcionario de la Administración de Biden.
Los comentarios indican que el presidente Joe Biden quiere ver el progreso hacia la restauración de la gobernabilidad democrática antes de permitir que Venezuela aumente las exportaciones de petróleo a Estados Unidos.
Una delegación de Estados Unidos informó a funcionarios venezolanos de su posición durante una sorpresiva reunión el sábado, dijo el alto funcionario de la Administración a periodistas en una conferencia telefónica. Funcionarios estadounidenses discutieron la liberación de dos presos políticos estadounidenses e instaron a Maduro a retomar las negociaciones con los líderes de la oposición.
Las discusiones sobre el comercio de petróleo están ocurriendo en un nivel más amplio y los funcionarios estadounidenses no se comprometieron a relajar las sanciones, ni acordaron un quid pro quo que implicara el alivio de las sanciones para la liberación de los prisioneros, dijo el funcionario.
Días después de la reunión, Maduro liberó al ex ejecutivo de Citgo Gustavo Cárdenas, ciudadano estadounidense, y a Jorge Fernández, cubanoamericano. El mandatario venezolano dijo este lunes que se debe reconsiderar el formato de las conversaciones con la oposición, que comenzaron el año pasado en México y han estado suspendidos durante meses.
Venezuela ha estado bajo sanciones económicas y petroleras desde el 2019, cuando Estados Unidos y otras naciones reconocieron al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo del país tras acusaciones de fraude electoral. El nuevo compromiso de la Casa Blanca con el Gobierno de Maduro ocurre a medida que busca atraer a aliados de Rusia en el hemisferio occidental después de la invasión de Vladímir Putin a Ucrania.
Cualquier medida para reanudar las importaciones de petróleo venezolano irritaría a los críticos de Biden, quienes lo acusaron de buscar petróleo de los adversarios estadounidenses en lugar de fortalecer la producción nacional. Estados Unidos, al menos en teoría, todavía considera a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela y ha acusado al Gobierno de Maduro de violaciones de derechos humanos y de provocar una crisis humanitaria.
El senador Marco Rubio, un republicano de Florida, planea presentar un proyecto de ley esta semana que prohibiría las importaciones estadounidenses de petróleo de Venezuela e Irán.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey y aliado de Biden, instó al presidente a no reanudar los envíos de petróleo desde Venezuela.
“Nicolás Maduro es un cáncer para nuestro hemisferio y no debemos darle nueva vida a su reinado de tortura y asesinato”, dijo Menéndez el lunes en un comunicado.
Es probable que la política de Estados Unidos con respecto a Venezuela surja durante una reunión en la Casa Blanca el jueves entre Biden y el presidente Iván Duque de Colombia. Su Gobierno ha expresado su preocupación por la apertura de Estados Unidos a Caracas. Duque calificó el miércoles a Maduro de “criminal de guerra”.