Estados Unidos y China intentan reanudar las conversaciones destinadas a evitar una extensa guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo, dijeron dos personas familiarizadas con la iniciativa.
Representantes del secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, y el viceprimer ministro chino, Liu He, están sosteniendo conversaciones privadas mientras buscan formas de reanudar las negociaciones, de acuerdo con las personas, que hablaron sobre las discusiones bajo condición de anonimato.
Las personas advirtieron que un cronograma específico, los temas a tratar y el formato para las conversaciones no están finalizados, pero agregaron que hubo un acuerdo entre las autoridades respecto de que es necesario sostener más conversaciones.
Las negociaciones para resolver la disputa han estado estancadas durante semanas, y ambas partes se han negado a ceder. Esta semana se llevarán a cabo conversaciones de alto nivel en EE.UU. sobre la postura comercial de la administración Trump hacia China, de acuerdo con una tercera persona que también habló bajo condición de anonimato.
Las acciones estadounidenses subieron, los rendimientos de los títulos del Tesoro avanzaron, el yuan continental borró una caída anterior y el dólar redujo sus alzas. La próxima ola de aranceles estadounidenses entrará en vigor el miércoles, con la posible imposición de aranceles sobre otros US$ 16,000 millones en importaciones chinas. Autoridades en Pekín han prometido responder con la misma cantidad de aranceles sobre productos estadounidenses.
Lo que complica aún más las iniciativas de Mnuchin es una línea más dura que adoptó el representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, quien tiene jurisdicción sobre la investigación 301 de EE.UU. que generó los aranceles.
Ese caso concluyó que China estaba robando tecnología estadounidense y que se necesitaban aranceles para compensar el daño. Un funcionario del Tesoro de EE.UU. no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
'Problema crónico'
Las autoridades estadounidenses y chinas han dado pocas señales en público recientemente en cuanto a que se podrían reanudar pronto las negociaciones. Lighthizer dijo la semana pasada que las tensiones comerciales con China son un "problema crónico", mientras que el representante de China ante la Organización Mundial del Comercio acusó a EE.UU. de "extorsión".
Ambas partes sostuvieron tres rondas de conversaciones formales, comenzando con una delegación encabezada por Mnuchin que viajó en mayo a Pekín. Después de que Liu visitó Washington ese mismo mes, las naciones dieron a conocer una declaración conjunta comprometiéndose a reducir el déficit comercial de EE.UU. con China, entre otras cosas. Pero en cuestión de días, el propio presidente Donald Trump se retiró del acuerdo y dijo que las conversaciones "probablemente tendrían que usar una estructura diferente".
Las conversaciones se interrumpieron después de que la administración Trump impusiera este mes aranceles sobre US$34.000 millones en importaciones chinas, medida que, según los chinos, anularía cualquier promesa que hubieran hecho en las negociaciones. Pekín respondió del mismo modo con sus propios aranceles.
El objetivo de Trump de reducir el déficit comercial de EE.UU. mediante la amenaza de aranceles lo ha puesto en conflicto con China y los aliados de EE.UU., agitando los mercados financieros y despertando temores de una guerra comercial global que, según advirtió el Fondo Monetario Internacional, puede socavar el mayor crecimiento económico en años.