Unos 15,000 rusos murieron durante los cinco meses que dura la invasión de Ucrania, según servicios de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, que consideran que el presidente Vladimir Putin está sufriendo pérdidas mucho mayores a las previstas.
Richard Moore, jefe del MI6 británico, explicó que los 15,000 muertos eran “probablemente una estimación conservadora” y marcaban una “derrota” para Putin, que esperaba una rápida victoria.
“Es aproximadamente el mismo número que perdieron en diez años en Afganistán en la década de 1980″, dijo en el Foro de Seguridad de Aspen, en Colorado, Estados Unidos.
“Y no se trata de chicos de clase media de San Petersburgo o Moscú”, comentó Moore. “Son niños pobres de zonas rurales de Rusia. Son de pueblos obreros de Siberia. Son desproporcionadamente de minorías étnicas. Son su carne de cañón”.
El director de la CIA, Bill Burns, dijo un día antes en la misma conferencia que la inteligencia estadounidense estimaba las pérdidas rusas “en torno a los 15,000 muertos y quizá el triple de heridos”.
“Es un conjunto de pérdidas bastante significativo. Los ucranianos también han sufrido bajas significativas, probablemente un poco menos que eso”, afirmó Burns.
Por su parte, Ucrania asegura que las pérdidas de Rusia son mayores, unos 36,200 efectivos rusos muertos a principios de este mes.
Rusia se ha mostrado muy reticente y solo ha dado un número oficial de víctimas en dos ocasiones, la última el 25 de marzo con una cifra de 1,351 muertos, aunque los expertos consideran que es demasiado baja.