El Metro de Quito, construido por la empresa española Acciona, inició este martes su operación comercial con largas filas para adquirir los boletos y sin funcionar todavía a plena capacidad, con horarios reducidos y algunas estaciones todavía cerradas.
La concentración de viajeros para adquirir sus pasajes en estaciones como la de Quitumbe, en el sur de la capital ecuatoriana, llevó a que se formasen prolongadas filas, al tiempo que el sistema de boletos presentó por momentos inconsistencias que ralentizó la venta.
En algunos casos la espera llegó a ser de media hora, lo que provocó que grupos de usuarios decidiesen ingresar sin pagar, según reportaron medios locales.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, reconoció que “hay inconvenientes que se irán puliendo para ofrecer, en poco tiempo, un servicio impecable a los quiteños”.
La operación comercial del Metro de Quito se inició con el expendio de códigos QR para ingresar a las instalaciones, a falta de que en los próximos meses se instale el sistema definitivo de recaudación.
De momento, los trenes sólo funcionarán seis horas al día, divididos en dos franjas horarias que coinciden con las horas pico (punta), que van de 7:00 a 10:00 y de 16:40 a 19:30.
Asimismo, esta fase comenzó con sólo diez de las quince estaciones operativas, mientras que las restantes cinco permanecen cerradas al público.
Las estaciones habilitadas son El Labrador, Iñaquito, La Carolina, El Ejido, San Francisco, Magdalena, El Recreo, Solanda, Morán Valverde y Quitumbe.
La tarifa ha sido establecida en 45 centavos de dólar para el viaje sencillo, en 22 centavos de dólar para estudiantes hasta bachillerato y mayores de 65 años, y en 10 centavos de dólar para personas con discapacidad.
Con un coste que supera de los US$ 2,000 millones, el Metro de Quito comenzó a construirse hace diez años, en 2013, y cuenta con 15 estaciones a lo largo de casi 23 kilómetros y una flota de 18 trenes que operará durante los primeros 6 años un consorcio formado por la empresa Transdev y la colombiana Metro de Medellín. El sistema es una única línea que recorre la capital ecuatoriana de sur a norte.
Desde la madrugada cientos de pasajeros se congregaron en la estación sur, donde había dos boleterías que no permitían un flujo adecuado de ciudadanos, lo que desencadenó protestas y que decenas salten los controles para subirse a los vagones. Poco después de los incidentes los operadores permitieron el acceso libre para evitar más problemas.
El sistema funcionó en las últimas semanas con boletos de invitación a fin de que la ciudadanía se familiarice, pero la afluencia de público en su primer día de operaciones se triplicó. Tras las fallas iniciales la situación se normalizó, a lo que contribuyó la apertura de más boleterías en las estaciones de mayor concentración de pasajeros.
El metro aún no ha sido inaugurado formalmente y no tiene fecha para ello, entre otras razones, porque a fines de este mes debe asumir el nuevo alcalde de la capital, Pabel Muñoz, quien fijará el cronograma para ello. Su inauguración tuvo sucesivas postergaciones porque las autoridades no habían decidido qué empresa lo operaría, tarea que finalmente fue entregada a un consorcio liderado por el Metro Medellín.
Con información de EFE y Associated Press