La Women’s Tennis Association (WTA), que dirige el circuito femenino del tenis mundial, pone en peligro uno de sus grandes mercados al presionar a China por la desaparición de la tenista Peng Shuai tras denunciar haber sido violada por un alto mandatario comunista del país.
Antes de la pandemia, la WTA organizaba cada año 10 torneos en China (de más de 60), incluido el Master de Shenzhen -torneo de maestras-, el más lucrativo de todos.
Estas competiciones estaban dotadas de un total de US$ 30 millones (26.4 millones de euros).
La WTA levantó su voz frente al silencio de Pekín tras la desaparición de Peng Shuai, antigua campeona en dobles, después de acusar a Zhang Gaoli, antiguo alto dirigente del Partido Comunista, de haberla violado.
El régimen suprimió rápidamente la publicación atribuida a Peng Shuai en las redes sociales chinas.
La WTA exigió una investigación “transparente y justa” sobre las acusaciones vertidas por la jugadora. Su director, Steve Simon, señaló el jueves en la CNN la posibilidad de retirar las competiciones del país.
“Estamos dispuestos a retirar nuestro negocio y a hacer frente a todas las complicaciones que se derivan porque esto es más importante que el negocio”, dijo Simon.
El miércoles la cadena oficial china en lengua inglesa CGTN desveló una captura de pantalla de un correo atribuido a Peng Shuai y supuestamente dirigido a la dirección de la WTA donde decía que estaba bien.
“Para nada creo que eso sea la verdad”, indicó Simon, calificando de “puesta en escena” el mensaje.
Política de represalias
Esta toma de posición firme puede provocar el enojo de China, explican varios expertos a la AFP, sobre todo vista la política de represalias llevada a cabo por el gigante asiático cuando otros deportistas osaron criticar al régimen.
La plataforma dedicada al deporte del gigante de la tecnología china Tencent dejó de difundir al principio de esta temporada los partidos de la NBA de los Boston Celtics después de que uno de sus jugadores, Enes Kanter, calificara al presidente chino Xi Jinping de “dictador brutal”.
La NBA ya perdió US$ 200 millones (unos 170 millones de euros) cuando Daryl Morey, entonces mánager general de los Houston Rockets, tuiteó su apoyo a los manifestantes prodemocracia de Hong Kong.
A la vista de los acontecimientos, la posición de la WTA es “muy inhabitual”, asegura Simon Chadwick, profesor especializado en las finanzas del deporte de la Emlyon Business School: “A las autoridades chinas no les gusta que se les diga lo que tienen que hacer”.
Pero en un contexto marcado por la posibilidad de un boicot diplomático de los Estados Unidos a los Juegos de Invierno, previsto en febrero en China, la WTA puede estar tomando un riesgo calculado.
El tenis femenino depende menos de China que la NBA, un fenómeno en el gigante asiático, precisa Chadwick.
Además, Pekín tiene pocos medios para presionar a la WTA: las competiciones se han suspendido o trasladado del país en el 2020 y 2021 debido a la pandemia. Y, por el momento, no parece cercano el regreso de las pruebas femeninas debido a las estrictas reglas sanitarias.
La WTA “ha aprendido a vivir sin China”, dice Mark Dreyer, creador del sitio China Sports Insider. “Las consecuencias de su posicionamiento son menos importantes hoy de las que pudieron tener en el pasado”.
Las autoridades chinas no pueden interferir directamente en la organización de los torneos WTA en su territorio, pero sí podrían adoptar otras medidas menos intrusivas como prohibir a los internautas comentar los partidos, explica el bloguero chino Uyang Wensheng, especialista en tenis.
Desde hace unos días, figuras del tenis mundial han expresado su preocupación en Twitter con la etiqueta #WhereIsPengShuai (#DóndeEstaPengShuai).
La censura china ha suprimido cualquier rastro de las acusaciones de Peng en las redes sociales, especialmente las referencias en los comunicados de la WTA o de la ATP, el circuito masculino, que también ha demostrado su apoyo.
Las autoridades chinas, la federación nacional de tenis y la WTA no han respondido a las solicitudes para tratar el tema de la AFP.