La surfista sobre nieve Jamie Anderson, pasó parte del verano y el otoño en Suiza preparándose para los Juegos Olímpicos de Invierno del 2022. En sesiones anteriores en los Alpes, la deportista de 31 años dijo haber presenciado cómo se rompía un trozo de hielo en un glaciar. Este año, los vio romperse y caer por montones, además notó que se formaban más cascadas mientras practicaba sus giros y agarres.
Es “un testimonio físico y puro de lo retorcido que es el cambio climático”, dijo Anderson, dos veces medallista de oro olímpica. “Se puede ver el declive de los glaciares”.
Muchos de los mejores deportistas del equipo estadounidense dijeron haber visto de cerca el deterioro de las condiciones este verano, mientras se preparaban para los Olímpicos de Pekín en febrero. Esquiadores y practicantes de snowboard de élite suelen entrenar en los glaciares de los Alpes, las Montañas Rocosas y otras grandes altitudes fuera de temporada, además del trabajo regular fuera de la nieve.
En una reunión del equipo olímpico de Estados Unidos el lunes, los deportistas señalaron que el aumento de las temperaturas está afectando sus deportes alpinos.
El esquiador Alex Hall, que ahora entrena en Saas-Fee, Suiza, dijo que en los últimos cinco años, los veranos se sintieron más largos, las temporadas de esquí más cortas, en tanto que los equipos del parque luchan por mantener el terreno. “Se está derritiendo mucho”, dijo. “Están haciendo todo lo posible para mantener los parques en buenas condiciones”.
La surfista de nieve Maddie Mastro, se especializa en el esquí acrobático, que requiere de mucha nieve para construir la rampa, y señaló que las instalaciones son cada vez más escasas en todo el mundo debido a las condiciones climáticas.
Las biatletas Clare Egan y Susan Dunklee, cuyo deporte combina esquí de fondo y tiro al blanco, dijeron que en los lugares donde compiten hoy hay menos nieve natural que nunca, por lo que ha tenido que ser reemplazada por una versión artificial.
“Los lugares en los que competimos pueden fabricar la nieve para los deportistas de élite”, dijo Dunklee. “Mi preocupación es, como amante de la nieve, que quiero ver nieve en los lugares donde históricamente ha existido”.
Las temperaturas más cálidas han dañado las áreas alpinas en todas las altitudes y en todo el mundo. Es posible que algunas ciudades anteriores de los Juegos Olímpicos de Invierno, como Sochi, en Rusia, y Garmisch-Partenkirchen, en Alemania, nunca vuelvan a ser lo suficientemente frías como para albergar deportes alpinos de primer nivel, según investigadores dirigidos por la Universidad de Waterloo en Ontario.
Los Juegos de Pekín podrían poner a prueba los límites de la nieve artificial. Los eventos al aire libre se llevarán a cabo en las montañas al norte de la capital, donde las nevadas típicas son solo de 7 a 8 pulgadas al año.
Fabricar suficiente nieve requerirá aproximadamente 186 millones de litros de agua, por lo que antes de que se aprobara la oferta, el Comité Olímpico Internacional expresó preocupación de que “Pekín hubiera sobrestimado la capacidad de recuperar agua para hacer nieve”.
Los Juegos Olímpicos del 2020 en Tokio experimentaron la versión veraniega del caos climático, cuando las temperaturas récord de julio obligaron a los organizadores a reprogramar algunos eventos diurnos y trasladar las maratones y las carreras a pie más de 800 kilómetros al norte hasta Sapporo en busca de aire más fresco.
“Es bastante aterrador ver lo que sucede”, dijo sobre las condiciones en las montañas Red Gerard, quien ganó una medalla de oro cuando era adolescente en los Juegos Olímpicos del 2018 en surfeo en nieve. “Definitivamente es impresionante ver cómo el cambio climático hace lo suyo”.