El portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, el coronel Oleksandr Motuzyanyk, afirmó que sí se ha producido una “retirada parcial de unidades del enemigo” en los alrededores de Kiev, el día después de que Rusia se comprometiera a reducir la presencia de sus tropas en la capital.
“Sin embargo, no podemos hablar aún de un repliegue a gran escala”, matizó el portavoz, quien señaló que “es muy pronto para saber qué intenciones tiene Rusia”.
En las negociaciones que tuvieron lugar ayer en Estambul para un alto el fuego, Rusia se comprometió a reducir significativamente sus actividades tanto en Kiev, como en la ciudad de Chernihiv, aunque está noche se registraron ataques en ambos lugares.
El coronel indicó que esas unidades rusas del centro del país se están retirando hacia el este, a las provincias de Donetsk y Lugansk, en línea con las recientes declaraciones de Rusia de que ya habían completado la “primera fase de la operación”.
“Podemos confirmar esa información porque hemos visto que están concentrando allí su actividad. Los intentos de ofensiva del enemigo no han cesado allá”, aclaró el portavoz de Defensa sobre la situación en la región oriental del Donbás, donde una guerra civil de baja intensidad ya se libraba desde el 2014 con milicias prorrusas.
Motuzyanyk apuntó que para tomar una ciudad como Kiev hacen falta cientos de miles de efectivos, que ahora mismo Rusia no tiene, y que “el enemigo” también ha fracaso en su intento de dominar la estratégica Odesa, donde solo han logrado lanzar “acciones de reconocimiento” con pequeños ataques desde la costa para saber desde donde responde Ucrania.
Según el portavoz, en las áreas ocupadas por Rusia, principalmente en el Donbás, sus tropas “continúan usando armas de alta precisión para destruir infraestructura crítica en toda Ucrania”, además de organizar el envío de refuerzos y mantener la represión contra civiles en un “intento de imponer una autoridad de ocupación en los territorios que controlan temporalmente”.
“El enemigo utiliza aviones tácticos operativos y de largo alcance. Los bombarderos rusos Su-34 dispararon misiles contra objetivos en las regiones de Zhytomyr, Kiev, Chernihiv, Jarkov y Donetsk.
Según las cifras del Ministerio de Defensa ucraniano, durante esta guerra el Ejército ruso ha perdido más de 17,300 soldados, 605 tanques, 1,723 vehículos armados, 131 aviones y la misma cifra de helicópteros.