Una reducción demasiado rápida del estímulo de emergencia por los bancos centrales y más disrupciones en la cadena de suministro son algunos de los principales riesgos para la economía mundial el próximo año mientras persista la pandemia de COVID-19, dijeron economistas en una encuesta global de Reuters.
Como es probable que el crecimiento mundial haya tocado pico, los pronosticadores se han alineado en general con la opinión compartida por muchos de los principales bancos centrales de que la reciente aceleración de la inflación será transitoria, aunque sus pronósticos se están elevando.
No obstante, pese a que los cuellos de botella en la cadena de suministro representan una seria amenaza para la recuperación y hasta el momento hay pocas señales de un alivio repentino, algunas bolsas están operando cerca de máximos históricos, incluso aunque las tasas de interés están ahora al alza.
La preocupación es que tras un periodo prolongado de tasas históricamente bajas y políticas de emergencia, los banqueros centrales puedan impacientarse y sentirse obligados a responder al pico actual de la inflación, en el que la gente está sintiendo la presión.
Las encuestas de Reuters, que incluyeron a más de 500 economistas de todo el mundo, concluyeron que 13 de los 25 bancos centrales subirían las tasas al menos una vez antes de fines del próximo año. Algunos ya lo han hecho, como los de Nueva Zelanda, Rusia y Brasil.
Sin embargo, cerca de una cuarta parte de los 171 economistas que respondieron a una pregunta adicional dijeron una reducción demasiado rápida del estímulo por los bancos sería uno de los mayores riesgos a la baja para la economía mundial.
Un número similar de encuestados dijo que más disrupciones en la cadena de suministro o brotes en la pandemia del COVID-19 -que entrará en su tercer año en el 2022 como una amenaza muy disminuida pero aún no vencida- son los principales riesgos.
“Muchos bancos centrales importantes ahora se están moviendo cautelosamente hacia la salida en lo referente a sus políticas monetarias ultralaxas. No lo están haciendo por la fortaleza de la recuperación económica”, dijo Jan Lambregts, de Rabobank.
“La inflación de costos parece haber puesto las ruedas en movimiento para los bancos centrales, que aseguran que ahora tienen un enfoque sociopolítico más amplio. Equivocarse en esto podría resultar muy costoso en términos de mantener su independencia política”, agregó.
De hecho, se espera que el crecimiento mundial se desacelere al 4.5% el próximo año desde un espectacular 5.9% este año, prácticamente sin cambios desde julio. Esa desaceleración es algo mayor que la última proyección del Fondo Monetario Internacional del 4.9%.
Se pronostica que el crecimiento se desacelere en torno a ese ritmo en el 2023, a un 3.5%, según la encuesta.
“El estallido inicial de actividad vinculado a la reapertura ha terminado, y el impulso del crecimiento está perdiendo ritmo rápidamente. El debilitamiento del apoyo fiscal está desempeñando un papel, pero también el impacto directo de las restricciones e interrupciones relacionadas con el COVID-19″, señaló Janet Henry, del HSBC.
“Pese a las incertidumbres, muchos bancos centrales quieren poner fin a la era de la política monetaria ultralaxa”, agregó.
La mayoría de los bancos centrales están mirando la salida. Pero hay algunas grandes excepciones notables.
Se espera que el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá aumenten las tasas el próximo año y que el Banco Central Europeo haga lo propio en el 2024, pero ahora se pronostica que el Banco de Japón no hará nada hasta el fin del horizonte de pronóstico.
Alza modesta en previsión inflación
Los economistas aumentaron las perspectivas de inflación para 18 de las 21 economías desarrolladas, entre 0.1 y 0.7 puntos porcentuales, y para 15 de las 27 economías emergentes, entre 0.1 y 1.8 puntos porcentuales.
No obstante, casi dos tercios de los economistas que respondieron a una pregunta adicional -117 de 182-, dijeron que es poco probable que la reciente aceleración de la inflación mundial persista durante los próximos dos o tres años.
Los 65 encuestados restantes ven probable una inflación persistentemente más alta, y entre ellos más del 60% indicó que había un alto riesgo de que afecte el crecimiento mundial.
“Es probable que la inflación retroceda en todas las principales economías el próximo año, pero hay evidencias de que las presiones inflacionarias subyacentes están aumentando”, señaló Neil Shearing, de Capital Economics.
“No creo que sea el episodio de inflación al estilo de los años 70, pero cuando se analizan todos los indicadores del mercado laboral y del mercado de productos, todos apuntan a alzas de precios y una mayor tasa de inflación subyacente”, señaló.